BASILICA DE SANTA MARIA LA MAYOR
P.za di Santa Maria Maggiore, 00100 Roma RM, Italia
Bienvenidos a la Basilica de Santa Maria la Mayor en Roma. La BasĂlica Papal de Santa MarĂa Mayor es una autĂ©ntica reliquia histĂłrica. Es la Ășnica de las cuatro basĂlicas mayores de Roma (las otras son San Pedro, San Juan de LetrĂĄn y San Pablo Extramuros) que conserva intacta su planta paleocristiana, tal como fue construida en el siglo V, aunque posteriormente haya sufrido numerosos añadidos.
La BasĂlica Papal de Santa MarĂa la Mayor es una autĂ©ntica joya rica en belleza inestimable. Desde hace unos diecisĂ©is siglos domina la ciudad de Roma: templo mariano por excelencia y cuna de la civilizaciĂłn artĂstica, es un punto de referencia para los cives mundi que acuden a la Ciudad Eterna desde todo el mundo para disfrutar de lo que la BasĂlica de Santa Maria ofrece a travĂ©s de su monumental grandeza.
La mando construir el Papa Liberio, segĂșn cuenta la leyenda, el 5 de agosto de 356 vio a la Virgen MarĂa en sus sueños, donde la misma Virgen MarĂa le señalĂł el lugar donde querĂa que se construyera la basĂlica, haciendo caer una copiosa nevada sobre la colina del Esquilino en pleno mes de agosto. El Papa Liberio, en presencia de los fieles congregados ante el prodigio, habrĂa trazado sobre la nieve el perĂmetro del edificio. Este es el origen de la conocida advocaciĂłn de la Virgen Blanca o Virgen de las nieves, muy difundida por todo el orbe.
En realidad, fue construida un siglo despuĂ©s por el Papa Sixto III en el lugar de una iglesia anterior. TenĂa una nave y dos pasillos, a los que se añadieron el crucero y el nuevo ĂĄbside en el siglo XIV, mientras que las preciosas Capillas Sixtina y Paulina se construyeron en los siglos XVI y XVII respectivamente. El campanario del siglo XIV es el mĂĄs alto de Roma. La fachada principal, caracterizada por mosaicos del siglo XIII, un pĂłrtico y una logia para las bendiciones, fue reconstruida por Ferdinando Fuga a mediados del siglo XVIII. El interior destaca por sus finas decoraciones en mosaico: las Historias paleocristianas de la Biblia y de la Infancia de JesĂșs y el ciclo medieval de la CoronaciĂłn e Historias de la Virgen de Jacopo Torriti. Se dice que el oro que cubre el artesonado de la nave fue el primero que llegĂł de AmĂ©rica, donado al Papa Alejandro VI por la Corona española.
Hay que tener en cuenta que desde los tiempos del imperio tardĂo, el Cerro Esquilino habĂa albergado un pequeño templo dedicado a los protectores de nacimientos Giunone Luncina, a quienes se dedicaban fiestas matronales. En cualquier caso, lo cierto es que Santa MarĂa Mayor es el primer templo cristiano del mundo dedicado a la Virgen, y que su origen se remonta al Concilio de Ăfeso (año 431). Este concilio sancionĂł que la Virgen podĂa ser llamada con propiedad âmadre de Diosâ, y sobre este tema (la maternidad divina de MarĂa) gira toda la iconografĂa del templo.
PARA SABER: El techo, el Ășnico que queda del siglo XV en Roma junto con el de San Marcos, encargado a finales del siglo XV por Alejandro VI Borgia, fue decorado con la primera carga de oro procedente de las nuevas tierras descubiertas en AmĂ©rica.
Es la Ășnica de las grandes basĂlicas de Roma que conserva las estructuras originales de su Ă©poca, aunque enriquecidas por añadidos posteriores. En su interior, presenta algunas particularidades que la hacen Ășnica: los mosaicos de la nave central y el arco del triunfo que data del siglo V d.C. Los mosaicos de la nave y del arco del triunfo datan del siglo V d.C. y fueron realizados durante el pontificado de Sixto III (432-440) y los del ĂĄbside fueron ejecutados por el fraile franciscano Jacopo Torriti por orden del papa NicolĂĄs IV (1288-1292); el suelo “cosmatesco” donado por los caballeros Scoto Paparone e hijo en 1288; el artesonado de madera dorada diseñado por Giuliano San Gallo (1450); el belĂ©n del siglo XIII de Arnolfo da Cambio; los frescos de la iglesia de San Gallo y de la iglesia de San Gallo. de Arnolfo da Cambio; las numerosas capillas (de la Capilla Borghese a la Capilla Sixtina, de la Capilla Sforza a la Capilla Cesi, la Capilla del Crucifijo y la casi desaparecida Capilla de San Miguel); el Altar Mayor de Ferdinando Fuga y posteriormente enriquecido por el genio de Valadier; finalmente, la Reliquia de la Santa Cuna y el Baptisterio. Cada columna, cada pintura, cada escultura, cada pieza de esta basĂlica encarna la historia y los sentimientos religiosos.
Desde el devoto peregrino reunido en oraciĂłn hasta el simple amante del arte, conmovido por las obras de los genios del arte, podrĂĄn disfrutar Ăntimamente de las emociones que les ofrecerĂĄ este lugar sagrado.
El encuentro con la BasĂlica de Liberia, que lleva el nombre del Papa Liberio, es una experiencia enriquecedora tanto humana como espiritualmente. No es raro encontrar a los visitantes en actitud de admiraciĂłn ante la belleza cautivadora de sus obras, al igual que es visible la devociĂłn de todas aquellas personas que, ante la imagen de MarĂa, venerada aquĂ con el dulce tĂtulo de “Salus Populi Romani”, buscan consuelo y alivio.
Cada año, el 5 de agosto, una solemne celebraciĂłn conmemora el “Milagro de la nevada”: una cascada de pĂ©talos blancos desciende del techo, cubriendo el hipogeo y creando una uniĂłn ideal entre la asamblea y la Madre de Dios.
Desde el inicio de su pontificado, el Santo Padre Juan Pablo II quiso que una lĂĄmpara ardiera dĂa y noche bajo el icono de la Salus, como testimonio de su gran devociĂłn a la Virgen MarĂa. El 8 de diciembre de 2001, el mismo Papa inaugurĂł otra preciosa perla de la BasĂlica: el Museo, un lugar donde la modernidad de las estructuras y la antigĂŒedad de las obras maestras expuestas ofrecen a los visitantes un “panorama” Ășnico.
Los numerosos tesoros que contiene hacen de Santa MarĂa la Mayor un lugar en el que el arte y la espiritualidad se unen en una uniĂłn perfecta, ofreciendo a los visitantes las emociones Ășnicas de las grandes obras del hombre inspiradas por Dios.
La fachada de Santa Maria de las Nieves
MagnĂfica obra de Ferdinando Fuga (1741), orientada al sur con un pĂłrtico de cinco vanos en la parte inferior y tres en la logia superior, cubre los mosaicos del siglo XIII de la antigua fachada.
Engarzadas como una gema preciosa en este evocador escenario, representan el nacimiento de la basĂlica con MarĂa SantĂsima, que se apareciĂł en sueños al Papa Liberio y al patricio romano Giovanni, inspirando el lugar donde debĂa construirse su templo. El 5 de agosto de 358, en efecto, una nevada cubriĂł la colina del Esquilino y sobre la misma nieve el Papa trazĂł el perĂmetro de la futura BasĂlica.
El autor es Filippo Rusuti y los mosaicos acogen al visitante en toda su majestuosidad, despertando esas emociones que acercan al hombre a la grandeza de Dios. Los mosaicos son tan valiosos que sĂłlo se puede acceder a ellos mediante una visita guiada especial que toca la sensibilidad de quienes admiran y contemplan esta obra de arte. Tanto en la Logia como en la fachada, hay que reconocer a Fuga su gusto barroco y pictĂłrico que, junto con un vivo sentido del espacio, le guiaron en esta obra arquitectĂłnica en la que las cinco salas inferiores, que dan acceso al pĂłrtico, se corresponden con las tres de la Logia superior: un juego de vacĂos que alivia la pesadez de las columnas en racimo, los arcos de medio punto, los capiteles, los frontones, las cornisas, las guirnaldas, los putti, las estatuas que representan a S. Carlo, B. Albergati, B. Albergati y la Virgen MarĂa. Carlo, B. Albergati y los Santos PontĂfices. Entre ellos, casi flotando en el cielo, se encuentran la Virgen y el Niño.
Los artistas que trabajaron en ella fueron Lironi, Bracci, Maini, Slodtz, Della Valle y otros.La primera piedra de esta fachada -que, dejando entrever el juego de la policromĂa y el brillo del mosaico de la pared posterior, es casi un tabernĂĄculo, plĂĄsticamente sentido- fue colocada por Benedicto XIV el 4 de marzo de 1741.
Las obras en Ă©l y en el interior del templo se completaron en 1750. Sobre toda la restauraciĂłn, el Papa Lambertini soltĂł una broma sarcĂĄstica: “La gente pensaba que Ă©ramos empresarios del teatro porque parece un salĂłn de baile”.
La arquitectura de los dos edificios laterales es: a la derecha de Ponzio (1605), a la izquierda de Ferdinando Fuga (1743) construida despuĂ©s de 138 años para uniformar la fachada de la BasĂlica. Los dos ĂĄngeles colocados en la puerta central son: Virginidad, de Maini, y Humildad, de Bracci.
Interior de la Basilica Santa Maria Maggiore
La basĂlica de Santa MarĂa la Mayor, situada en la cima de la colina del Esquilino, es una de las cuatro basĂlicas papales de Roma y la Ășnica que conserva las estructuras paleocristianas. Una conocida tradiciĂłn cuenta que fue la Virgen MarĂa quien indicĂł e inspirĂł la construcciĂłn de su casa en el Esquilino. ApareciĂ©ndose en sueños al patricio Juan y al Papa Liberio, pidiĂł la construcciĂłn de una iglesia en su honor, en un lugar que ella misma indicĂł milagrosamente. En la mañana del 5 de agosto, la colina del Esquilino apareciĂł cubierta de nieve. El Papa dibujĂł el perĂmetro de la nueva iglesia y Juan aportĂł la financiaciĂłn.
La basĂlica muestra estilos arquitectĂłnicos muy variados, desde el paleocristiano hasta el barroco. El edificio completo fue restaurado y reformado durante el siglo XVIII, por lo que la fachada y una gran parte de la decoraciĂłn interior procede de este periodo. A pesar de las diversas reformas realizadas , la iglesia ha mantenido los 3 pasillos del siglo V, separados por 40 columnas monolĂticas de mĂĄrmol y granito, algunos mosaicos y suelos de mĂĄrmol del periodo medieval, algunas columnas jĂłnicas procedentes de otros edificios de la antigua Roma, ademĂĄs de los esplĂ©ndidos mosaicos del siglo V.
En 1288, Niccolo IV ordenĂł la construcciĂłn del crucero. Alessandro VI (1254-1261) decidiĂł la construcciĂłn del techo del pasillo central, para el cual, segĂșn lo que dice la tradiciĂłn, los materiales llegaron directamente del Nuevo Mundo debido a los orĂgenes españoles del Papa.
No queda nada de la iglesia, salvo un pasaje del Liber Pontificalis que afirma que el Papa Liberio “Fecit basilicam nomini suo iuxta Macellum Liviae”. Incluso las recientes excavaciones realizadas bajo la actual basĂlica, aunque han sacado a la luz importantes testimonios arqueolĂłgicos como el estupendo calendario de los siglos II-III d.C. y los restos de las murallas romanas que son parcialmente visibles al visitar el museo, no nos han aportado nada de la antigua construcciĂłn. El campanario, de estilo romĂĄnico-renacentista, tiene 75 metros de altura y es el mĂĄs alto de Roma. Fue construida por Gregorio XI a su regreso a Roma desde Aviñón y tiene cinco campanas en la parte superior. Una de ellas, “la sperduta”, repite cada noche a las nueve, con un sonido inconfundible, una llamada a todos los fieles. Al entrar en el pĂłrtico, a la derecha, se encuentra la estatua de Felipe IV de España, benefactor de la BasĂlica. El boceto de la obra, realizado por Girolamo Lucenti en el siglo XIII, es de Gian Lorenzo Bernini.
En el centro se encuentra la gran puerta de bronce realizada por Ludovico Pogliaghi en 1949, con episodios de la vida de la Virgen, los profetas, los evangelistas y las cuatro mujeres que prefiguran a la Virgen en el Antiguo Testamento. A la izquierda, la Puerta Santa, bendecida por Juan Pablo II el 8 de diciembre de 2001, realizada por el escultor Luigi Mattei y ofrecida a la basĂlica por la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de JerusalĂ©n.
En el centro estĂĄ el Cristo resucitado, cuyo modelo es el hombre de la SĂĄbana Santa, que se aparece a MarĂa, representada como la Salus Populi Romani. A la izquierda, la AnunciaciĂłn en el pozo, un episodio tomado de los Evangelios apĂłcrifos, a la derecha, PentecostĂ©s. Abajo a la izquierda, el Concilio de Ăfeso, que estableciĂł a MarĂa como THEOTĂKOS, a la derecha el Concilio Vaticano II, que quiso que fuera Mater Ecclesiae.
El escudo de Juan Pablo II y su lema estĂĄn representados en la parte superior, mientras que los dos de la parte inferior pertenecen al cardenal Furno, que fue arcipreste de la basĂlica, y a la Orden del Santo Sepulcro. La basĂlica actual data esencialmente del siglo V d.C. Su construcciĂłn estĂĄ vinculada al Concilio de Ăfeso del año 431 d.C., que proclamĂł a MarĂa Theotokos, Madre de Dios, y fue encargado y financiado por Sixto III como obispo de Roma. Al entrar, sorprende su inmensidad, el esplendor de sus mĂĄrmoles y la riqueza de su decoraciĂłn; el efecto monumental y grandioso se debe principalmente a la forma de la estructura de la basĂlica y a la armonĂa que reina en los principales elementos de su arquitectura.
Construida segĂșn los cĂĄnones del “ritmo elegante” de Vitruvio, la basĂlica estĂĄ dividida en tres naves por dos hileras de preciosas columnas sobre las que corre un artĂstico entablamento interrumpido ahora hacia el ĂĄbside por dos arcos construidos para la construcciĂłn de las Capillas Sixtina y Paulina. Entre las columnatas y el techo, los muros estaban originalmente perforados por grandes ventanas, de las que sĂłlo se conserva la mitad, ya que las demĂĄs fueron tapiadas. En el lugar donde se encontraban las ventanas, hoy es posible admirar una serie de frescos que representan “Historias de la vida de MarĂa”.
Sobre las ventanas y los frescos, un friso de madera decorado con exquisitas tallas que representan una serie de toros montados por cupidos se une a la cornisa del techo. Los toros son el sĂmbolo de la familia Borgia y los escudos de Calixto III y Alejandro VI, los dos papas Borgia, destacan en el centro del techo. No estĂĄ clara la contribuciĂłn de Calixto III a la creaciĂłn de esta obra, pero es seguro que fue Alejandro VI quien la realizĂł cuando aĂșn era arcipreste de la basĂlica: el techo fue diseñado por Giuliano da Sangallo y completado por su hermano Antonio. SegĂșn la tradiciĂłn, el dorado se hizo con el primer oro de las AmĂ©ricas que Isabel y Fernando de España ofrecieron a Alejandro VI.
La decoraciĂłn del techo se conserva desde el periodo del Renacimiento, mientras que las cĂșpulas y las capillas pertenecen a la Ă©poca Barroca.Â
Como una esplĂ©ndida alfombra, el suelo de mosaico, realizado por los maestros marmolistas Cosma y ofrecido a Eugenio III en el siglo XII por Escoto Paparoni y su hijo Giovanni, dos nobles romanos, se encuentra a nuestros pies. Sin embargo, la singularidad de Santa Maria Maggiore se debe a los esplĂ©ndidos mosaicos del siglo V encargados por Sixto III, que recorren la nave y el arco del triunfo. Los mosaicos de la nave resumen cuatro ciclos de la Historia Sagrada cuyos protagonistas son Abraham, Jacob, MoisĂ©s y JosuĂ©, y en su conjunto pretenden testimoniar la promesa de Dios de una tierra al pueblo judĂo y su ayuda para alcanzarla.
El relato, que no sigue un orden cronolĂłgico, comienza en el muro de la izquierda, cerca del arco del triunfo, con el sacrificio incruento de Melquisedec, el rey-sacerdote. La influencia iconogrĂĄfica romana es evidente en este panel. Melquisedec, representado en pose de oferente, y Abraham, con toga senatorial, recuerdan al grupo ecuestre de Marco Aurelio. Los paneles siguientes ilustran episodios de la vida de Abraham anteriores al primer panel. Durante mucho tiempo, esto llevĂł a creer que cada panel era un fin en sĂ mismo, hasta que un estudio mĂĄs profundo de los mosaicos permitiĂł darse cuenta de que la decoraciĂłn era estudiada e intencionada. El panel con Melquisedec sirve para conectar los mosaicos de la nave con los del arco del triunfo, donde se narra la infancia de Cristo, rey y sacerdote.
Entonces la historia comienza con Abraham, el personaje mĂĄs importante del Antiguo Testamento, a quien Dios promete una “naciĂłn grande y poderosa”; con Jacob, a quien el Señor renueva la promesa hecha a Abraham; con MoisĂ©s, que liberarĂĄ al pueblo de la esclavitud en la que ha nacido, convirtiĂ©ndolo en el “pueblo elegido”; con JosuĂ©, que lo conducirĂĄ a la tierra prometida. El recorrido concluye con dos paneles, pintados al fresco en la Ă©poca de la restauraciĂłn encargada por el cardenal Pinelli, que representan a David conduciendo el Arca de la Alianza a JerusalĂ©n y el Templo de JerusalĂ©n construido por SalomĂłn. Del linaje de David nacerĂĄ Cristo, cuya infancia se ilustra en el arco del triunfo mediante episodios extraĂdos de los Evangelios apĂłcrifos.
En 1995, Giovanni Hajnal creĂł un nuevo vitral en el rosetĂłn de la fachada principal. Representa la afirmaciĂłn del Concilio Vaticano II, en la que MarĂa, la exaltada hija de SiĂłn, es el vĂnculo entre la Iglesia del Antiguo Testamento, representada por el candelabro de siete brazos, y la Iglesia del Nuevo Testamento, simbolizada por el cĂĄliz con la EucaristĂa.
El arco de triunfo consta de cuatro registros: en la parte superior, desde la izquierda, estĂĄ la AnunciaciĂłn, en la que se muestra a MarĂa vestida de princesa romana, sosteniendo el huso con el que teje un velo de color pĂșrpura para el templo en el que era sirvienta. La historia continĂșa con el anuncio a JosĂ©, la adoraciĂłn de los Reyes Magos y la matanza de los inocentes. En este panel, hay una figura con un manto azul de espaldas a las otras mujeres: es Santa Isabel que huye con San Juan en brazos. A la derecha, la presentaciĂłn en el Templo, la huida a Egipto y el encuentro de la Sagrada Familia con Afrodisio, gobernador de la ciudad de Sotina. SegĂșn un evangelio apĂłcrifo, cuando JesĂșs huye a Sotina, en Egipto, caen los 365 Ădolos del capitolio. Afrodisio, aterrorizado por el milagro y consciente del fin del faraĂłn, va con su ejĂ©rcito al encuentro de la Sagrada Familia y adora al Niño, reconociendo su divinidad.
El Ășltimo panel muestra a los Magos en presencia de Herodes. Al pie del arco se encuentran las dos ciudades de BelĂ©n a la izquierda y JerusalĂ©n a la derecha. Si BelĂ©n es el lugar donde naciĂł JesĂșs y donde tuvo lugar su primera EpifanĂa, JerusalĂ©n es la ciudad donde muriĂł y resucitĂł (hay un vĂnculo con el tema apocalĂptico de su venida definitiva al final de los tiempos, subrayado por el trono vacĂo en el centro del arco, un trono flanqueado por Pedro y Pablo, el primero llamado por Cristo para difundir la “Buena Nueva” entre los judĂos, el otro entre los gentiles, los paganos). Todos juntos formarĂĄn la Iglesia de la que Pedro es el guĂa y Sixto III su sucesor. Como tal y como “episcopus plebi Dei” le corresponde conducir al pueblo de Dios hacia la JerusalĂ©n celestial. En el siglo XIII, NicolĂĄs IV, el primer Papa franciscano, decidiĂł demoler el ĂĄbside original y construir el actual unos metros mĂĄs atrĂĄs, creando asĂ un crucero para el coro entre Ă©ste y el arco. La decoraciĂłn del ĂĄbside corriĂł a cargo del franciscano Jacopo Torriti y las obras fueron sufragadas por los cardenales Giacomo y Pietro Colonna.
El mosaico de Torriti estĂĄ dividido en dos partes distintas: en la cuenca del ĂĄbside se encuentra la CoronaciĂłn de la Virgen, mientras que en la banda inferior se representan los momentos mĂĄs importantes de su vida. En el centro de la pila, encerrado en un gran cĂrculo, Cristo y MarĂa estĂĄn sentados en un gran trono representado como un sofĂĄ oriental. El Hijo estĂĄ colocando la corona de joyas en la cabeza de la Madre.
En el mosaico, MarĂa no sĂłlo es vista como la Madre, sino como la Iglesia Madre, la esposa del Hijo. A sus pies estĂĄn el sol y la luna y alrededor de ellos coros de ĂĄngeles adoradores a los que se suman San Pedro, San Pablo, San Francisco de AsĂs y el Papa NicolĂĄs IV a la izquierda; Juan Bautista, Juan Evangelista, San Antonio y el donante Cardenal Colonna a la derecha.
En el resto del ĂĄbside, una decoraciĂłn de racimos brota de dos troncos situados en el extremo derecho e izquierdo del mosaico. En la banda de la base del ĂĄbside, las escenas de la vida de la Virgen estĂĄn dispuestas a la derecha y a la izquierda de la “Dormitio” colocada justo debajo de la CoronaciĂłn. Esta forma de describir la muerte de la Virgen es tĂpica de la iconografĂa bizantina, pero tambiĂ©n se extendiĂł a Occidente tras las Cruzadas.
AdemĂĄs del ĂĄbside, Clemente X ordenĂł la construcciĂłn del edificio que podemos admirar a la derecha de la apertura de la fachada principal en la Piazza Saint Mary Major, mientras que Clemente XI querĂa el edificio a la izquierda de la fachada, que luego terminĂł junto con el nuevo Fachada de Ferdinando Fuga en 1743-50.
La Virgen estĂĄ tumbada en el lecho y, mientras los ĂĄngeles se disponen a retirar su cuerpo ante la mirada atĂłnita de los ApĂłstoles, Cristo toma en sus brazos su “alma” blanca, que espera en el cielo. Torriti enriquece la escena con dos pequeñas figuras de franciscanos y un laico con gorro del siglo XIII. Debajo de la “Dormitio”, el Papa Benedicto XIV colocĂł la esplĂ©ndida “Natividad de Cristo” de Mancini. Entre los pilares jĂłnicos, bajo los mosaicos, Fuga colocĂł bajorrelieves de Mino del Reame que representan el Nacimiento de JesĂșs, el milagro de la nieve y la fundaciĂłn de la basĂlica por el Papa Liberio, la AsunciĂłn de MarĂa y la AdoraciĂłn de los Reyes Magos.
TambiĂ©n de Fuga es el baldaquino sobre el altar central, delante del cual estĂĄ la ConfesiĂłn, encargada por PĂo IX y realizada por Vespignani, donde se encuentra el relicario de la Cuna. El relicario es de cristal, con forma de cuna, y contiene piezas de madera que, segĂșn la tradiciĂłn, pertenecieron al pesebre en el que se acostĂł al Niño JesĂșs. Fue fabricado por Valadier y donado por el embajador de Portugal. La estatua de PĂo IX, el papa del dogma de la Inmaculada ConcepciĂłn, es obra de Ignazio Jacometti y fue colocada en el hipogeo por LeĂłn XIII.
El gran dosel que se encuentra en el altar también es obra de Fuga, mientras que las cuatro columnas de pórfido rojo que lo sostienen se enriquecieron con una decoración de hojas doradas de Giuseppe Valadier (1800).
Fuga reparĂł toda la basĂlica, incluso internamente. El arquitecto mantuvo la estructura de la iglesia primitiva, con las cuarenta columnas monolĂticas que dividen el espacio en tres pasillos.
La iglesia tiene capillas importantes en los pasillos laterales. A la derecha encontramos la Capilla Sixtina o del SantĂsimo Sacramento encargada por el Papa Sisto V a Domenico Fontana en 1585. Luego tenemos la Capilla Paoline, tambiĂ©n conocida como Capilla Borghese, encargada por Pablo V a Flaminio Ponzo, quien la realizĂł entre 1605 y 1613 (copiando la Capilla Sixtina).
AquĂ se conserva el Ăcono de la Virgen MarĂa Salus Populi del siglo IX, querido por los romanos por haber salvado a la ciudad de una epidemia de plagas y ademas podrĂĄs ver las tumbas de los papas Clemente VIII y Pablo V
Campanariola Basilica deSanta Maria la Mayor
El campanario con su punta en forma de pirĂĄmide data de 1300, y con sus 75 metros es el mĂĄs alto de Roma. En 1500 se añadieron las capillas laterales.Â
El Suelo de laSanta Maria la Mayor
Al entrar en la basĂlica, sorprende la particularidad del suelo de mosaico realizado por los maestros del mĂĄrmol de Cosma, conocidos como “cosmateschi” (siglo XIII).
Capilla Borghese deSanta Maria la Mayor
Joya artĂstica de rara belleza, es un lugar donde se funden el arte y el sentimiento religioso: el icono de la Salus Populi Romani, que segĂșn la piadosa tradiciĂłn fue pintado por el evangelista Lucas, acoge con su mirada maternal a quienes se dirigen a ella.
En 1605, Pablo V (1605-1621) subiĂł al trono papal y fue responsable de la Capilla de Nuestra Señora, tambiĂ©n conocida como Capilla Borghese o Capilla Paulina, que contrasta con la Capilla Sixtina y es simĂ©trica a ella en su planta y disposiciĂłn arquitectĂłnica. TambiĂ©n tiene forma de cruz griega, con tramos corintios y cuatro grandes arcos, sostenidos por audaces pilares, sobre los que descansa la cĂșpula.
Se construyĂł para albergar la imagen de Nuestra Señora “Salus Populi Romani”, por orden de Pablo V, segĂșn el diseño del arquitecto Flaminio Ponzio (1560-1618), entre los años 1606 y 1612; la consagraciĂłn tuvo lugar el 27 de enero de 1613, pero las decoraciones continuaron en los años siguientes. Le costĂł a la CĂĄmara ApostĂłlica la suma de 299.261 escudos y 61 baiocchi. SĂłlo 25 años mĂĄs joven que la Capilla Sixtina, presenta una decoraciĂłn pictĂłrica libre e impetuosa. Con sus preciosos mĂĄrmoles y marcos dorados; con sus ĂĄngeles de bronce (de resplandeciente belleza) y sus ĂĄngeles de estuco (que se elevan con alas vibrantes y sonrientes), con su majestuoso altar, cuyo azul intenso encanta a quienes disfrutan de sus detalles, con sus grandiosos y refinados monumentos, el Borghese ofrece los signos mĂĄs marcados de la primera manifestaciĂłn del Barroco, que le confiere una singular vibraciĂłn de alegrĂa y vida. Los artistas o manieristas mĂĄs famosos de la Ă©poca competĂan por adornarlo.
La primera maqueta del altar se realizĂł en madera de peral en 1607, y un año despuĂ©s el fundidor Pompeo Targoni comenzĂł a trabajar en Ă©l, completĂĄndolo en septiembre de 1612. La obra brilla con el metal dorado, forjado en las formas aĂ©reas y animadas de los ĂĄngeles, que sostienen el marco que encierra la Salus Populi Romani, modelada por Camillo Mariani: la riqueza de los detalles y el preciosismo de los contrastes luminosos que animan los ĂĄngeles de Mariani deben mucho al manierismo florentino de Sansovino, pero tambiĂ©n consiguen traducirse en un poderoso lirismo capaz de aligerar la fuerte masa de la estructura arquitectĂłnica. Mariani tambiĂ©n esculpiĂł la estatua de San Juan Evangelista. Sin duda, la pieza escultĂłrica y decorativa mĂĄs interesante del altar mayor de la Capilla Paulina es el bajorrelieve del frontispicio, obra de Stefano Maderno, que representa al Papa Liberio trazando el perĂmetro de la basĂlica en la nieve. Maderno tambiĂ©n es responsable de los ĂĄngeles que sostienen pergaminos en los laterales de las tumbas. La mesa del altar fue ofrecida en 1749 por la princesa Agnese Colonna Borghese, cuyos escudos estĂĄn grabados en ella.
Giuseppe Cesari, conocido como Cavalier d’Arpino, pintĂł en el luneto sobre el altar: a la izquierda, el fresco que representa la apariciĂłn de la Virgen y de San Juan Evangelista a San Gregorio el Maravilloso, y a la derecha, algunas personas mordidas por la serpiente de la herejĂa y el Templo de Dios con una multitud de verdaderos creyentes. El mismo artista pintĂł los grandes Profetas en las pechinas de la cĂșpula: IsaĂas, con su aspecto enjuto, pelo y barba blancos, con tĂșnica azul, manto rojo y pies descalzos; JeremĂas, con su frente calva, barba afeitada, con tĂșnica azul y manto amarillo que le envuelve y le llega hasta los pies; Ezequiel, de aspecto juvenil, pelo rubio, bermellĂłn en sus mejillas imberbes, con una tĂșnica pĂșrpura adornada con rayas azules, sin mangas (lo que hace que sus brazos estĂ©n desnudos) y un manto amarillo que rodea su persona; Daniel, un joven sentado, pelo rubio largo y ondulado, tez blanca, con una tĂșnica azul claro bordada con oro, mangas levantadas, un manto pĂșrpura. El mismo Cavalier d’Arpino pintĂł, en el arco de la galerĂa del altar, a los santos obispos Ignacio y TeĂłfilo, Ireneo y Cipriano.
La AsunciĂłn, dentro de la cĂșpula, es obra de Ludovico Cardi, conocido como Cigoli. Por encima de las nubes, MarĂa SantĂsima raptada al cielo. La luna bajo los pies de la Madre de Dios fue pintada por el autor exactamente como la habĂa revelado el telescopio de Galileo, que era amigo de Cardi. Los ApĂłstoles, algunos sentados, otros de pie, siguen el triunfo de la Virgen, que sostiene el cetro de la reina en sus manos. Ante la Virgen, que ha aplastado a la serpiente, el mundo empĂreo se abre mientras una multitud de ĂĄngeles se arremolina en filas para celebrarla. De esta multitud se desprende un grupo de Querubines, que se encogen como una nube, dispuestos a hacer un trono con sus alas de oro; otros grupos tocan sus trompetas; otros lanzan sus cantos; otros esparcen flores. MĂĄs arriba, se ve una mirĂada de espĂritus angĂ©licos, de los que sĂłlo son visibles medias personas, bustos o cabezas.
Una pequeña cĂșpula con seis pequeñas ventanas hace las veces de majestuosa linterna de la cĂșpula. Un Padre Eterno se pinta en las profundidades, coronado por huestes de serafines. Giovanni Baglione en la bĂłveda de la nave, delante de esta Capilla, pintĂł Doctores y Evangelistas; en el interior, en el arco sobre la entrada, las figuras de Juliano el ApĂłstata, LeĂłn IV de Armenia y Constantino el CoprĂłnimo; en el Ăłvalo sobre el altar, la imagen de San Lucas.
En el arco de la derecha, Guido Reni pintĂł al fresco a los santos Cirilo de AlejandrĂa, Idelfonso, Juan CrisĂłstomo y las santas Pulcheria, Gertrudis y Cunegonda; y en el arco de la izquierda, a san Heraclio, san NarsĂ©s y las poderosas figuras de santo Domingo y san Francisco. En el arco de la izquierda, sobre el monumento de Pablo V, Guido Reni tambiĂ©n representĂł al Padre Eterno enfadado por la maldad de los hombres. TambiĂ©n de Stefano Maderno son algunos putti en el friso alrededor de los capiteles.
Nicola Cordier esculpiĂł las estatuas de David aplastando al gigante Goliat y señalando con su dedo Ăndice a su descendiente, el MesĂas, y las de AarĂłn, San Bernardo y San Atanasio. La estatua de San JosĂ© fue realizada por Ambrogio Buonvicino.
Al entrar en la capilla, a la derecha, se encuentra el monumento a Clemente VIII (1592-1605), obra de Silla di ViggiĂč, mientras que las cariĂĄtides, de fuerte sentido pictĂłrico, son obra de Pietro Bernini. A la izquierda estĂĄ el monumento a Pablo V (tambiĂ©n de Silla di ViggiĂč) retratado en actitud de gran devociĂłn.
Capilla Sixtina deSanta Maria la Mayor
Antes de hablar de una obra tan importante como la Capilla Sixtina, es necesario mencionar al Papa que la construyĂł.
Sixto V fue el papa que, mĂĄs que ninguno de sus predecesores, supo revitalizar la ciudad, empobrecida por el “saqueo” de Roma en 1527, y su primera preocupaciĂłn fue dar a la ciudad eterna la posibilidad de expandirse restaurando las zonas insalubres y creando infraestructuras Ăștiles para explotar las zonas ya ocupadas por nuevos asentamientos. El pontĂfice encargĂł a su arquitecto de confianza, Domenico Fontana, la construcciĂłn de una capilla del SantĂsimo Sacramento digna de albergar el belĂ©n.
El programa iconogrĂĄfico de la decoraciĂłn pictĂłrica, que representa a los antepasados de Cristo, las historias de la Virgen y la vida de JesĂșs, tiene su centro en la Capilla del Pesebre, bajo el altar, que alberga el antiguo Oratorio del Pesebre, construido en el siglo XIII por Arnolfo di Cambio, que Domenico Fontana transportĂł en bloque desde el ĂĄbside de la BasĂlica. Las pinturas de la Capilla Sixtina celebran el triunfo logrado por la Virgen, cuya maternidad divina fue negada por la herejĂa protestante, en el Concilio de Trento. La obra fue dirigida por Cesare Guerra y Giovanni Nebbia, que recibieron su correspondiente pago entre 1587 y 1589. Su principal interĂ©s era conseguir que las figuras de la Capilla Sixtina fueran una continuaciĂłn natural del mensaje ya expresado en los mosaicos del arco absidal.
EstilĂsticamente, las pinturas de la Sixtina se rinden a un lenguaje que seguramente cautivarĂĄ al espectador. Al haber eliminado todo intelectualismo y excesiva personalizaciĂłn artĂstica, las imĂĄgenes son claras y reconocibles, sin necesidad de mĂĄs comentarios. Muchos artistas trabajaron en la Capilla Sixtina.
Sixto V fue a verlo en persona en el taller del artista, y luego asistiĂł a su erecciĂłn en junio de 1587. La estatua de Sixto V, obra de Giovanni Antonio Paracca, conocido como Valsoldo, representa al PontĂfice arrodillado, mirando con buenos ojos el TabernĂĄculo y el Pesebre de la Cripta. El altar del centro de la capilla es muy hermoso: cuatro ĂĄngeles de bronce dorado de tamaño natural, obra de Sebastiano Torregiani, sostienen el copĂłn que es el modelo de la propia capilla, ricamente decorada con ĂĄngeles y profetas en la ronda y bajorrelieves en las puertas. A los pies del altar, al final de la doble escalera de la ConfesiĂłn que conduce al Oratorio del Pesebre, se encuentra el Nacimiento del siglo XVI de Cecchino da Pietrasanta, colocado en un altar de estilo cosmatesco.
Capilla de Cesi
Encargado por el cardenal Paolo Emilio Cesi y su hermano Federico, fue construido hacia 1560 y su autor es desconocido, aunque se cree que fue diseñado por Guidetto Guidetti, en colaboración con Giacomo Della Porta.
Regina Pacis
La estatua de Regina Pacis, encargada por Benedicto XV en acciĂłn de gracias por el fin de la Primera Guerra Mundial, fue realizada por Guido Galli. En el rostro de la Virgen, sentada en un trono, “Regina Pacis y Soberana del Universo”, hay una sensaciĂłn de tristeza.
La Capilla Sforza
Junto a la entrada, dos placas recuerdan que la capilla se construyĂł gracias al cardenal Guido Ascanio Sforza di Santafiora, arcipreste de la basĂlica, y a su hermano, el cardenal Alessandro Sforza Cesarini, que supervisĂł la decoraciĂłn realizada en 1573. SegĂșn Vasari, el proyecto fue diseñado por Michelangelo Buonarroti, quien nos dejĂł dos bocetos del proyecto, que muestran la planta original con elipses en los laterales y un espacio rectangular para el altar. Los retratos insertados en los monumentos funerarios y el retablo (1573) se han atribuido a Gerolamo Siciolante da Sermoneta (1521-1580). El panel cuadrado del altar es obra de Siciolante y representa la AsunciĂłn de la Virgen, cuya escansiĂłn de los planos estĂĄ bien organizada para pasar suavemente del ĂĄmbito terrenal al celestial, donde la figura de MarĂa estĂĄ discretamente sentada en oraciĂłn.
La tumba de Bernini
“La noble familia Bernini espera aquĂ la ResurrecciĂłn”. Junto al altar mayor, la sencillez de la lĂĄpida de uno de los mĂĄs grandes artistas del siglo XVII.
Que ver en la BasĂlica Papal de Santa Maria la Mayor de Roma
Al entrar en la BasĂlica de Santa MarĂa la Mayor no se puede dejar de admirar los esplĂ©ndidos mosaicos de la nave central y los del arco de triunfo que datan del siglo V d.C., o los del ĂĄbside realizados por Torriti a instancias del Papa NicolĂĄs IV. El suelo cosmetico, regalo de los caballeros Scoto Paparone y su hijo, data de 1288, mientras que el techo de casetones de madera dorada se debe a Giuliano da San Gallo.
ContinĂșe visitando las diferentes capillas: la Capilla Borghese, la Capilla Sixtina (no confundir con la Capilla Sixtina de Miguel Ăngel en los Museos Vaticanos), la Capilla Sforza, la Capilla Cesi, la Capilla del Crucifijo y lo que queda de la Capilla de San Miguel. TambiĂ©n son impresionantes el Altar Mayor, a cuya derecha se encuentra la tumba del gran arquitecto Gian Lorenzo Bernini, la Reliquia de la Santa Cuna, el belĂ©n del siglo XIII y el Baptisterio.
Hay hermosos mosaicos en los paneles bajo las ventanas, que representan un ciclo de historias del Antiguo Testamento: historias de Abraham, Jacob e Isaac en el lado izquierdo, MoisĂ©s y JosuĂ© en el derecho. Bajo el pontificado del Papa Juan Pablo II, se construyĂł un museo que se inaugurĂł el 8 de diciembre de 2001 y que contiene otras muchas obras maestras de incalculable valor de la antigĂŒedad.
ÂżQuĂ© mĂĄs añadir? Ciertamente, ningĂșn artĂculo es suficiente para describir todas las maravillas del interior de la BasĂlica de Santa MarĂa la Mayor. Dejaremos que descubra el resto por sĂ mismo, con la seguridad de que tendrĂĄ la dosis justa de curiosidad.
Un Ășltimo consejo: ÂĄacercate al atardecer o cuando caiga la noche! De hecho, con la nueva iluminaciĂłn nocturna, la BasĂlica se ha vuelto aĂșn mĂĄs bella y evocadora.
- El gran tesoro de Santa MarĂa Mayor son los mosaicos anteriores a las Ă©poca cristiana del siglo V. El principal se encuentra en el Arco de triunfo, y contiene escenas de la vida de la Virgen y de Cristo niño.
- También son de época romana los 27 pequeños paneles bajo las ventanas de la nave central, con escenas del Antiguo Testamento. El gran mosaico del åbside, en cambio, es ya de época medieval (siglo XIII).
- La basĂlica albergĂł desde su inicio una Gruta de la Natividad, que recreaba el lugar del nacimiento de Cristo (del mismo modo que Santa Croce in Gerusalemme recreaba el Calvario). En el siglo VII se depositaron en esta gruta las famosas reliquias del Pesebre, traĂdas de Tierra Santa, que todavĂa se exponen en la cripta de la confesiĂłn, junto al altar.
En este plano estĂĄn señalados los principales puntos de interĂ©s, ordenados por importancia segĂșn los colores: rojo, azul, verde y gris.
- Mosaicos paleocristianos (s.V).
- Paneles pequeños, con mosaicos del s.V.
- Mosaico del ĂĄbside (s.XIII), realizado por el gran maestro Jacopo Torriti
- Capilla Sforza, Ășltima obra diseñada por Miguel Ăngel, muy apreciada por los crĂticos de arte debido a sus lĂneas arquitectĂłnicas, que anticipan ya el estilo Barroco.
- Capilla Sixtina (de Sixto V). Realizada a finales del Renacimiento en un estilo sobrerecargado.
- Capilla Paulina o Capilla Borghese(de Pablo V). Realizada 25 años después, con arquitectura gemela a la Capilla Sixtina, pero en estilo barroco. Interesante hacer la comparación entre ambas capillas.
- Reliquias del pesebre
- Tumba de Bernini, apenas visible en el primer escalĂłn del presbiterio
- Techo artesonado. SegĂșn parece (no es del todo seguro), fue dorado con el primer oro traĂdo de AmĂ©rica, regalado por los Reyes CatĂłlicos, siendo Papa Alejandro VI Borgia.
- Acceso al Museo de la BasĂlica. Conserva un ânacimientoâ, obra de Arnolfo di Cambio (s.XIII), realizado para la antigua Gruta de las reliquias del pesebre.
Imagen adjunta: Rey Mago adorando al Niño, de Arnolfo di Cambio (s.XIII) realizado para la capilla de la Gruta de la Natividad. Lluvia de pĂ©talos â 5 de agosto El dĂa 5 de agosto, fiesta de la Virgen de las Nieves, en la misa solemne celebrada por el cardenal titular de esta basĂlica, tiene lugar una lluvia de pĂ©talos blancos, conmemorando la milagrosa nevada que dio origen al templo. Caen durante el canto del âGloriaâ sobre la zona del altar desde una abertura del techo.
La BasĂlica de Santa MarĂa la Mayor (Basilica di Santa Maria Maggiore) es una antigua basĂlica catĂłlica considerada la mĂĄs grande de las iglesias dedicadas a la Virgen MarĂa en Roma siendo una de las cuatro basĂlicas mayores de la ciudad.
Mezcla de estilosSanta Maria la Mayor
Probablemente lo mĂĄs llamativo de la BasĂlica de Santa MarĂa la Mayor sean las diferentes partes que contiene pertenecientes a periodos tan variados de la historia. Al igual que si estuviera formada por retales, la iglesia resume las etapas mĂĄs importantes por las que pasĂł el arte cristiano en Roma.
Artistas notables participaron en la construcciĂłn de la capilla, como el caballero DâArpino y Guido Reni para los frescos. Alrededor de la entrada encontramos la Capilla de la Cruz y la Capilla de San Miguel y San Pedro en Cadenas, cuyos frescos se atribuyen a Piero della Francesca.
En el pasillo del lado izquierdo encontramos la Capilla Cesi del siglo XVI, en honor al martirio de Santa Catalina de Alessandria descrita en los frescos.
También estå la Capilla Sforza, realizada en el siglo XVI por Giacomo dalla Porta, y cuyo plan original fue diseñado por Michelangelo Buonarroti.
La Leyenda de la Basilica di Santa Maria della Neve
Milagro de la nieve el 5 de agosto en Roma: cĂłmo naciĂł la BasĂlica de Santa MarĂa la Mayor en el Esquilino
Cada 5 de agosto se celebra el “milagro de la nieve” en la BasĂlica de Santa MarĂa la Mayor. Cuenta la leyenda que el 5 de agosto del año 358 d.C., la Virgen MarĂa se le apareciĂł al Papa en un sueño, pidiĂ©ndole que construyera una basĂlica en el lugar que ella le indicara. Por la mañana, el Esquilino estaba cubierto de nieve: y fue allĂ donde se construyĂł la iglesia dedicada a la Virgen MarĂa.
ÂżPuede nevar en agosto? SegĂșn la leyenda, puede. Era el 5 de agosto de 358 d.C. cuando Roma se despertĂł bajo un manto de nieve blanca. Un acontecimiento insĂłlito, que todavĂa hoy se cuenta, de año en año, de generaciĂłn en generaciĂłn, y que dio lugar a lo que ha pasado a la historia como “el milagro de la nieve”.
Pero, ÂżcĂłmo surgiĂł este mito? SegĂșn la leyenda, en la noche del 5 de agosto de 358 d.C., la Virgen MarĂa se apareciĂł en sueños al entonces Papa Liberio y al patricio Juan, pidiĂ©ndoles que construyeran una iglesia en el lugar que ella les indicara. Cuando despertaron, el Papa y el patricio encontraron el Esquilino cubierto de nieve en pleno agosto. Este acontecimiento pasĂł a la historia como “el milagro de la nieve”, y en el lugar de la nevada se construyĂł la basĂlica de Santa Maria Maggiore, dedicada a la Virgen MarĂa. Todos los años, el 5 de agosto, hay una fiesta para celebrar la Madonna della Neve y una misa solemne en honor a la Virgen MarĂa.
Edificada sobre un templo pagano que rendĂa culto a la diosa Cibeles, la BasĂlica de Santa MarĂa la Mayor fue construida a mediados del siglo IV bajo las Ăłrdenes del Papa Sixto III sobre la antigua Basilica erigida por el Papa Liberio. Con el paso del tiempo la basĂlica ha tenido nombres muy variados:
- Santa MarĂa de las Nieves (debido al milagro de la nieve que indicĂł la forma de la iglesia),
- Santa MarĂa Liberiana (debido al Papa Liberio)
- Santa MarĂa del Pesebre (al recibir una reliquia del Santo Pesebre)
- Santa MarĂa la Mayor, ya que es la mayor de las 26 iglesias de Roma dedicadas a la Virgen MarĂa.
La fiesta de Nuestra Señora de las Nieves en la BasĂlica de Santa MarĂa la Mayor
Una recurrencia, la del milagro de la nieve, que se celebra cada año en Roma y fuera de ella, y que atrae a turistas de todo el mundo. Se organiza un maravilloso espectĂĄculo de luz y sonido en la plaza frente a la BasĂlica, tras el cual se reproduce una nevada artificial que recuerda la ocurrida en el año 358 d.C. Este acontecimiento es muy importante para la ciudad, hasta el punto de que en 1987 tambiĂ©n participĂł el Papa Juan Pablo II, que pronunciĂł un discurso sobre el milagro de la nieve ante miles de fieles que acudieron a Roma especialmente para la ocasiĂłn.
La representaciĂłn del milagro fue concebida en 1983 por el arquitecto Cesare Esposito: es Ă©l quien cada año organiza y monta el evento en la BasĂlica de Santa Maria Maggiore para la representaciĂłn del Milagro de las Nieves. La BasĂlica de Santa MarĂa la Mayor, una de las cuatro basĂlicas papales de Roma, se encuentra en la cima de la colina del Esquilino y es la Ășnica que ha conservado su estructura original paleocristiana, aunque enriquecida con añadidos posteriores.
Cuenta la leyenda que el rico patricio romano Giovanni y su esposa, al no tener hijos, decidieron dedicar una iglesia a la Virgen MarĂa, que se les apareciĂł en sueños una noche de agosto del año 352. En el sueño, la Virgen MarĂa les informĂł de que un milagro les mostrarĂa el lugar en el que construir la iglesia. El Papa Liberio tambiĂ©n tuvo el mismo sueño, y al dĂa siguiente fue a la colina del Esquilino y la encontrĂł cubierta de nieve. El propio Papa dibujĂł el perĂmetro del edificio y la iglesia se construyĂł a costa de la pareja.
TodavĂa hoy, cada año, el 5 de agosto, se conmemora el milagro de la nieve con una celebraciĂłn especial durante la cual se lanzan al aire pĂ©talos blancos desde lo alto de la basĂlica, produciendo un efecto realmente sugestivo que no debe perderse. En el Museo Liberiano se encuentra el primer belĂ©n inanimado de la historia, La Natividad de Arnolfo di Cambio, brillante artista toscano y famoso escultor que perfeccionĂł sus habilidades en el taller de Nicola Pisano.
Las profundas transformaciones de la basĂlica, que hasta entonces habĂa conservado su aspecto sustancialmente medieval, fueron iniciadas entre finales del siglo XVI y principios del XVII por Sixto V y Pablo V, que construyeron las dos grandes capillas laterales, conocidas como capillas Sixtina y Paulina, y el palacio a la derecha de la fachada. Entre 1670 y 1676, Carlo Rainaldi rediseñó el ĂĄbside en su forma actual. En su interior hay importantes obras de arte. En las paredes de la nave, por encima del entablamento, hay paneles de mosaico que datan del siglo V.
El techo data de la Ă©poca de Alejandro VI Borgia (1492-1503) y, segĂșn la tradiciĂłn, fue dorado con el primer cargamento de oro americano, regalo de Isabel de España. El arco del triunfo estĂĄ decorado con mosaicos que representan Historias de la Infancia de JesĂșs de la Ă©poca de Sixto III. En la cuenca del ĂĄbside, el hermoso mosaico fue ejecutado, y firmado, por Iacopo Torriti, a finales del siglo XIII.
Museo de Santa Maria Maggiore
El Museo fue inaugurado y bendecido por el Santo Padre Juan Pablo II el 8 de diciembre de 2001 en la fiesta de la Inmaculada ConcepciĂłn.
En el Museo se exponen los objetos mĂĄs preciados de la BasĂlica, tambiĂ©n llamada “BelĂ©n de Occidente”.
Se han agrupado en ocho salas, segĂșn los siguientes temas: la historia de la basĂlica, Cristo en el misterio de la Natividad y la PasiĂłn, MarĂa venerada en la basĂlica bajo el tĂtulo de Salus Populi Romani y varios santos vinculados de manera especial a la basĂlica: San Carlos Borromeo (que fue arcipreste de la basĂlica de 1564-1572), San PĂo V, enterrado allĂ, B. PĂo IX que acaba de ser beatificado. PĂo IX que acaba de ser beatificado, otros Papas; Años Santos del siglo pasado, Arciprestes, CapĂtulo, libros y objetos litĂșrgicos: cartegloria de Luigi Valadier, relicarios y obras de Pietro Gentili, Benedetto Cacciatore, custodias (por ejemplo: Vincenzo Belli), cĂĄlices, custodias y otros objetos litĂșrgicos. Vincenzo Belli), cĂĄlices de varios artistas como Giuseppe Grazioli, Vincenzo Coaci, Pietro Paolo Spagna, Augusto Castellani ofrecidos por papas, arciprestes, clĂ©rigos liberianos y la administraciĂłn capitolina, que, siguiendo una tradiciĂłn que se remonta a 1624, ofrece cada año un cĂĄliz votivo.
Entre las diversas obras de los grandes maestros, se pueden admirar los cuadros: Salita al Calvario de Giovanni Bazzi conocido como il Sodoma, la Madonna con Bambino, S. Antonio da Padova e S. Caterina da Siena de Domenico di Iacopo di Pace, conocido como il Beccafumi, tres tablillas con la historia del Icono Salus Populi Romani, de la fĂĄbrica de Baldassare Croce.
TambiĂ©n hay tejidos litĂșrgicos de San PĂo V, Pablo V y Urbano VIII. Son interesantes las antiguas partituras de la venerable Cappella Musicale, un manuscrito de la Misa “La Stella” de Domenico Scarlatti y un autĂłgrafo de Pierluigi da Palestrina.
El museo estĂĄ abierto todos los dĂas de 9:00 a 18:30, con la Ășltima entrada a las 18:15. TambiĂ©n es posible visitar la “Loggia delle Benedizioni” con sus mosaicos del siglo XIII y la “Presepe di Arnolfo di Cambio”.
Tel/fax 06-69886802 e-mail: museo.smm@basilica.va
BasĂlica de Santa MarĂa la Mayor – Via Liberiana, 27 00185 Roma
Horario del Museo de Basilica de Santa Maria la Mayor
Abierto todos los dĂas de 9,30 â 18,30 Se accede desde la primera capilla derecha, descendiendo un tramo de escaleras
Como llegar a Basilica de Santa Maria la Mayor
La entrada a la BasĂlica se encuentra en la Piazza di Santa Maria Maggiore, a un corto paseo desde la estaciĂłn, o bien tomando la lĂnea de metro B o B1 y bajando en Cavour. UbicaciĂłn Piazza di Santa MarĂa Maggiore.HorarioTodos los dĂas de 7:00 a 18:30 horas.
- TransporteMetro:Â Termini, lĂneas A y B.
- AutobĂșs: lĂneas 16, 70, 71 y 714.LUGARES PRĂXIMOSPalazzo Massimo alle Terme (375 m)EstaciĂłn Termini (412 m)Plaza de la RepĂșblica (562 m)BasĂlica de Santa MarĂa de los Ăngeles (567 m)Termas de Diocleciano (592 m)
La PlazaBasilica de Santa Maria la Mayor
Fuera de la BasĂlica, en la Plaza, la columna que sostiene la imagen de la Virgen es de Ă©poca romana. Pertenece a la BasĂlica de Majencio del Foro Romano. Respecto a la fachada principal de la basĂlica, lo mĂĄs interesante es el campanario medieval, uno de los mĂĄs altos y elegantes de Roma. La fachada actual fue construida por Ferdinando Fuga en 1740, respetando los valiosos mosaicos medievales que se ven a travĂ©s de los vanos superiores.
Estos mosaicos, que se pueden ver de cerca desde la llamada âlogia de las bendicionesâ, ilustran la leyenda de la construcciĂłn del templo en tiempos del Papa Liberio. En la parte posterior de la BasĂlica de Santa Maria Maggiore, en la Piazza Esquilino, se puede admirar la zona absidal realizada en 1600 por el arquitecto Carlo Rainaldi, quien reelaborĂł ââun proyecto anterior de Gian Lorenzo Bernini.
En el centro de la plaza Esquilino hay un gran obelisco originario del Mausoleo de Augusto, y erigido por voluntad del Papa Sisto V en 1587.
Puntos de alineaciĂłn
La columna de la plaza actĂșa como punto de alineaciĂłn de la larga calle Merulana, al fondo de la cual se divisa el obelisco lateranense: San Juan de LetrĂĄn. En la plaza que se forma junto a la fachada trasera de Santa MarĂa, otro obelisco mĂĄs pequeño sirve de alineaciĂłn de la VĂa Sixtina y de Quattro Fontane, y al fondo se ve el obelisco de la Plaza de España.
Ver la Plaza de Santa Maria la Mayor en Directo
https://www.skylinewebcams.com/it/webcam/italia/lazio/roma/basilica-papale-santa-maria-maggiore.html
HorarioBasilica de Santa Maria la Mayor
Abierta todos los dĂas del año: 7 â 18,45 h. Misas Las misas se celebran casi siempre en las capillas laterales y no afectan a las visitas turĂsticas. Pero cuando se celebran en al altar papal no se puede visitar el templo.
Laborables: 7 â 8 â 9 â 10 â 11 â 12 â 18
Festivos: 7 â 8 â 9 â 10 (en latĂn) â 12 â 18 (en el altar
Monumentos cercanos a Basilica de Santa Maria la Mayor
Recorriendo la Via Merulana, que puedes ver en la parte inferior del mapa, en 10 minutos se llega a San Juan de LetrĂĄn, cuyo obelisco se divisa al final de esa calle. Muy cerca de Santa MarĂa Mayor se encuentran dos de las iglesias mĂĄs antiguas de Roma: Santa PrĂĄxedes y Santa Pudenziana.
Basilica de Santa Maria la Mayor Precio Entradas
Adultos: 3,00âŹ
Estudiantes y mayores de 65 años: 2,00âŹ
Entrada gratuita
Y algo mĂĄs lejos, otros monumentos de gran importancia:
- Santa PrĂĄxedes, iglesia de origen paleocristiano. El templo actual es del año 822, un magnĂfico ejemplo de la recuperaciĂłn artĂstica que experimentó Roma durante el Imperio Carolingio. Lo mĂĄs importante de esta iglesia son sus valiosos mosaicos bizantinos, del siglo IX, ubicados en la preciosa capilla de San ZenĂłn (nave derecha) y en el ĂĄbside. Cerrada al mediodĂa (de 12 a 15). No se puede visitar durante las celebraciones litĂșrgicas (domingos 8 â 10 â 11,30 â 18)
- Santa Pudenziana: construida sobre la casa del Senador Pudente, en la cual probablemente se hospedĂł San Pedro (Santa Pudenziana y Santa PrĂĄxedes eran ambas hijas de Pudente). La iglesia actual es del siglo VIII, aunque conserva el ĂĄbside original, con un bellĂsimo mosaico del siglo IV. Cerrada al mediodĂa (12-13). No se puede visitar durante las celebraciones litĂșrgicas (domingos 8 â 10 â 11.30 â 18)
- Santa MarĂa de los Ăngeles y Termas de Diocleciano. Las Termas de Diocleciano constituĂan el mayor complejo termal de Roma, superando incluso al de Caracalla. Como el resto de las termas de la ciudad, dejaron de funcionar con las incursiones de los bĂĄrbaros. DespuĂ©s de un milenio de saqueos masivos de piedra y mĂĄrmol, en el siglo XVI todavĂa quedaban en pie las naves principales, que fueron aprovechadas para construir una iglesia. El proyecto, muy modificado posteriormente, corresponde a Miguel Angel. Con sus 100 metros de longitud, 27 de anchura y 28 de altura, conforma un espacio que sobrecoge al visitante, evocando el esplendor de las antiguas termas Imperiales. Horario: abierta de 7 a 19 entre semana, y de 7 a 19,30 los domingos.Las misas no afectan a las visitas turĂsticas.
- VISITA A LAS TERMAS. Algunos espacios termales, miles de lĂĄpidas con inscripciones, y hallazgos de las termas se exponen en el Museo de las Termas de Diocleciano, que forma parte del Museo Nazionale Romano. Las piezas se encuentran expuestas en su mayor parte en el claustro del convento de Santa MarĂa de los Angeles, diseñado por Miguel Angel. Puedes ver aquĂ las tarifas y horarios.
- Fuente de las Nayades. Situada en la Plaza de la RepĂșblica, cuya forma circular corresponde a la antigua exedra de las Termas de Diocleciano. Fue realizada en 1901. La carga fuertemente sensual de estas traviesas ninfas de los arroyos (o nĂĄyades) busca la confrontaciĂłn con el ambiente sacro de Roma, recientemente arrebatada entonces al poder de los Papas.
- Palazzo Massimo. Es una de las sedes del Museo Nazionale Romano: contiene una extraordinaria colección de estatuaria clåsica, pero sobre todo, son impresionantes los mosaicos y frescos romanos. Clica para mås información.
Informacion detallada de La Basilica de Santa Maria
ARTISTA: Gian Lorenzo Bernini
DĂNDE: BasĂlica de Santa MarĂa la Mayor
REALIZACIĂN: Siglo IV-V
DIRECCIĂN: Piazza di Santa Maria Maggiore, 42
SITIO DE BILLETES ELECTRĂNICOS: http://www.vatican.va/various/basiliche/sm_maggiore/index_it.html
CORREO ELECTRĂNICO: sagrestiasmm@org.va
TELĂFONO: 06 69886800
TELĂFONO DE RESERVAS: 06 69886800
HORARIO DE APERTURA: DE 7:00 A 18:45
TRANSPORTE: Metro: lĂneas A y B, parada Termini, lĂnea B Cavour | AutobĂșs: C3, 70, 71, 360, 590, 649, 714 | TranvĂa: 5, 14
DURACIĂN DE LA VISITA: aproximadamente 1 hora
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Detalles
Telefono: 390669886800
Website: http://www.vatican.va/various/basiliche/sm_maggiore/index_it.html
Email: sagrestiasmm@org.va
Horario:
Horario de la Basilica de Santa Maria la Mayor
Abierta todos los dĂas del año: 7 â 18,45 h.Â
Precio:
Basilica de Santa Maria la Mayor entradas y precios
Adultos: 3,00âŹ
Estudiantes y mayores de 65 años: 2,00