CATANIA
Catania, Sicilia, Italia
Bienvenido a Catania. A pesar de todo el ruido, el caos y el desaliño que golpean al visitante a primera vista, Catania tiene una fuerte atracción magnética.
Esta es Sicilia en su forma más juvenil, una ciudad repleta de bares frescos y arenosos, abundante energía y un espíritu terroso en marcado contraste con los aires aristocráticos de Palermo. El núcleo histórico de Catania es una maravilla catalogada por la Unesco, donde los palacios en blanco y negro se elevan sobre amplias plazas barrocas.
Un minuto estás escaneando el horizonte desde una cúpula vertiginosa, el siguiente examina el arte contemporáneo en un convento del siglo XVIII. Debajo de todo están las antiguas ruinas de una ciudad con más de 2700 velas en su pastel de cumpleaños. De hecho, la comida es otro fuerte local. Este es el hogar de la icónica pasta alla Norma de Sicilia y el extraordinario mercado de La Pescheria.
Vigilando todo está el frenemy rascacielos de Catania, el Monte Etna, una presencia poderosa que agrega otra capa de intensidad y belleza a la segunda ciudad más grande de Sicilia. Dominada por el imponente Monte Etna, se encuentra Catania una de las ciudades más bellas de Sicilia, una región espléndida. Aquí encontrarás una historia muy rica y distante, suntuosas iglesias barrocas que te dejarán sin aliento e increíbles ruinas griegas y romanas.
La comida entonces … no hace falta decir: es mundialmente famosa. Así que solo tiene que seguir nuestros consejos y perderse para descubrir este lugar encantado, que es una de las ocho perlas del Val di Noto, que forma parte de la Lista de sitios de la UNESCO.
Catania es la segunda ciudad de Sicilia, segunda ciudad en importancia después de Palermo, cuenta con alrededor de 400.000 habitantes, si bien junto a su exagerado entorno periférico, la cifra puede alcanzar los 800.000 h.Es una ciudad con mucha historia y tradición gastronómica.
Entre los lugares emblemáticos están la Plaza Duomo, llamada también la Plaza del Elefante porque en el medio se encuentra la Fuente del Elefante, el emblema de la ciudad siciliana y la famosa Catedral de Sant’Agata. La leyenda de Santa Agata dice que la Santa cumple cada año un milagro diferente y se celebra su santificación en los días 3, 4 y 5 de febrero, cuando llegan más de 1 millón de personas a venerarla.
A pocos pasos de Plaza Duomo se encuentra la famosa A’ Piscaria, el mercado del pescado donde los ciudadanos compran el pescado fresco. Este es para los cateneses el corazón de la ciudad, no en vano os contaba que la tradición gastronómica de este sitio es muy fuerte. Via Etnea representa el centro de la ciudad de Catania. En sus alrededores se pueden admirar edificios de varias épocas: el Anfiteatro Romano, el Palacio dell’Università y el Palacio San Giuliano.
Paseando por estos lugares se encuentra el pulmón verde de la ciudad, Villa Bellini. En verano, este parque se transforma en lugar donde se celebran conciertos y eventos. No muy lejos se encuentra el Teatro Vincenzo Bellini, dedicado al famoso músico catanese. Una parada imprescindible para entender el papel de la ópera en la música siciliana.
Es precisamente en la plaza Vincenzo Bellini donde se reúnen los jóvenes por las noches a pasar su tiempo libre. Catania, la segunda ciudad metropolitana más grande de Sicilia, ha tenido que enfrentar terribles terremotos y erupciones volcánicas a lo largo de los siglos, ha sufrido alternancias de dominios y transformaciones urbanas.
Bajo la atenta mirada del Volcán Etna, Catania ha sabido a lo largo de su historia adaptar su figura a los sucesivos desastres naturales que han moldeado la arquitectura de la ciudad. Siete veces arrasada por las erupciones volcánicas del Etna, y por terremotos desoladores, las últimas más catastróficas en los años 1169 y de 1693 obligaron a reconstruir Catania prácticamente desde cero. En el año 2002, la Unesco declaró a Catania como patrimonio histórico de la humanidad y actualmente muchos de sus monumentos están siendo restaurados para llevarlos a su antiguo esplendor.
Su origen se remonta al 730 a.C. cuando llegaron los griegos por primera vez y fueron ellos quienes que marcaron el inicio de una larga cadena de invasiones y conquistas.
Más adelante vendrían a Catania normandos, bizantinos, árabes y españoles, para apoderarse de estas tierras dejando a su paso huellas que todavía se mantienen en la memoria colectiva y que abrieron el camino para el encuentro de diferentes culturas que se amalgamaron hasta consolidar la idiosincrasia catanesa.
Sede de la primera universidad de Sicilia, fundada en 1434 por Alfonso V de Aragón, Catania desprende una intensa tradición intelectual, con círculos culturales que promueven los estudios universitarios desde todos los ámbitos.
UN POCO DE HISTORIA DE CATANIA
Catania ha sido ciudad griega, romana, bizantina, árabe, normanda, borbónica, sueva, angevina, aragonesa, española y por supuesto italiana: por lo tanto su historia es una amalgama de todas las civilizaciones que han dejado una impronta profunda en Sicilia.
Catania (antigua Katane) fue fundada en lo alto de una colina por los griegos en el año 729 a. C. En el año 476 a.C. Ierone de Siracusa ocupa la ciudad y la repuebla con ciudadanos de Siracusa.
Los cataneses volvieron a tomar el poder de su ciudad en el año 461 a.C. Sin embargo, Catania volvió a ser conquistada en el 263, cuando fue declarada colonia romana.
De esa época conserva algunos de sus mejores monumentos como el anfiteatro (pese a que su origen puede ser griego), el teatro, restos del foro, cuatro termas o el odeón.
De la época paleocristina parte el mito y advocación de Santa Ágata, así como el martirio que según la tradición cristiana sufrió por parte de los romanos.
Tras las invasiones bárbaras Bizancio dominó la ciudad, si que podamos constatar con vestigios físicos dicho periodo.
Con posterioridad los árabes fomentarán el desarrollo de nuevas técnicas agrícolas y cultivos exportados a Sicilia, convirtiendo Catania en un gran centro económico en la isla sobre el que el emir de Catania catalizará su poder político.
Durante la dominación normanda se llevan a cabo reformas que realzan las actividades culturales de la isla, así como se produce el inicio de la construcción de la catedral y el reparto de tierras entre las ordenes religiosas.
Bajo la dominación sueva la ciudad era considerada un importante punto estratégico y Federico II, que cultivaba el sueño de portar el centro del Imperio al corazón del Mediterráneo, es quien hace construir el Castillo Ursino.
Ya en época del reinado aragonés, el rey Alfonso, en cambio, escoge Catania para fundar la primera Universidad de Estudios de Sicilia (entre las primeras de Italia) en el 1434, la cual será un punto de referencia de la cultura de aquel tiempo.
Del mismo modo Catania se erige como principal ciudad de la isla, sede del Rey y del Parlamento.
No será hasta el traslado de la sede real a Palermo cuando comience el declive económico de la ciudad debido a la improductiva gestión política de los virreyes españoles.
En el año 1669, el Etna arrojó su lava y sepultó parte de la ciudad; y el año 1693, año en el que la ciudad fue destruida por un intenso terremoto.
La Catania actual es arquitectónicamente una ciudad barroca, rediseñada por ilustres arquitectos guiados por el genial Vaccarini después del terremoto del 1693, en un fervor de reconstrucción que la hará renacer en pocos años aunque nunca vuelvan los años de magnificencia de la antigua Catania.
Después del terremoto se dio inicio a una importante campaña de reconstrucción que ha continuado incluso después de la unificación de Italia en el 1860-61.
Durante el siglo XIX se asiste a un progreso en el desarrollo cultural de Catania, sea a nivel mundano que a nivel literario, musical y teatral.
Cabe destacar la obra de su hijo predilecto, Vincenzo Bellini, autor de la ópera Norma y uno de los compositores más admirados de Italia.
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