PALACIO BISCARI
Via Museo Biscari, 10, catania

Bienvenido al Palacio Biscari de Catania
El Palacio Biscari es el palacio mĂĄs importante de la ciudad, de hecho, representa el ejemplo mĂĄs bello del barroco catalĂĄn.
DespuĂ©s del terremoto que en 1693 que destruyĂł casi por completo la ciudad, fue reconstruido alrededor de 1700 por Ignazio PaternĂČ Castello III, quinto prĂncipe de Biscari, que obtuvo del teniente general Giuseppe Lanza, duque de Camastra, arquitecto de la reconstrucciĂłn de Catania, un permiso para construir un nuevo palacio en el terraplĂ©n de los muros de Carlo del siglo XVI. V.
A principios del siglo XVIII, el edificio tenĂa forma trapezoidal y se accedĂa a Ă©l a travĂ©s de un gran portal a travĂ©s de Museo Biscari, que conducĂa al patio central, adornado con una gran escalera de pinza.
En el interior, se encuentra la sala de fiestas âestilo rococĂłâ con una compleja decoraciĂłn hecha de espejos de estuco y frescos pintados por Matteo Desiderato y Sebastiano Lo Monaco.
La cĂșpula central se utilizĂł como cĂĄmara para la orquesta, y estĂĄ cubierta por un fresco que representa la gloria de la familia PaternĂČ Castello di Biscari.
Posteriormente, se accede a la cĂșpula a travĂ©s de una escalera decorada con estuco (que el prĂncipe Ignacio llamĂł âcopo de nubesâ) dentro de la gran galerĂa con vistas al puerto deportivo.
Entre las otras habitaciones, tenemos la âdei Feudiâ, con grandes lienzos en las paredes que representan las numerosas disputas de los Biscari; los âapartamentos de la princesaâ, construidos por Ignazio V para su esposa, Anna Morso y Bonanno de los prĂncipes de Poggioreale, la âgalerĂa de pĂĄjarosâ y la âsala Don Quijoteâ.
De gran importancia es el Museo, donde la gran colecciĂłn arqueolĂłgica (hoy en parte en el Museo CĂvico del Castillo Ursino) fue una vez recogida por Ignacio V, un gran erudito, arqueĂłlogo y amante de las artes en general.
Los muebles interiores son de estilo rococĂł: decoraciones, muebles refinados, candelabros de cristal, son los detalles presentes en las diferentes habitaciones, que le dan un toque de refinamiento a la atmĂłsfera
Tiene vistas al puerto y al famoso Archi della Marina donde, hasta la dĂ©cada de 1920, el mar penetrĂł y luego lamiĂł las empinadas murallas. Durante la Segunda Guerra Mundial, los britĂĄnicos que ocuparon la ciudad querĂan convertirla en un puesto de defensa, pero una vez que ingresaron a los pasillos, los oficiales, al darse cuenta del valor histĂłrico y arquitectĂłnico del edificio, lo usaron para quedarse allĂ.
Hoy, ademĂĄs de ser el hogar de la familia Biscari, alberga eventos culturales y prestigiosos y, previa reserva, es posible hacer una visita, animada por las historias de las historias del palacio y los recuerdos familiares, por el mismo descendiente de los prĂncipes.
Si hay un lugar que evoca el lujo y la opulencia del pasado y las imĂĄgenes de una aristocracia que hace pensar en las escenas descritas por Giuseppe Tomasi di Lampedusa en Il Gattopardo, ese lugar es el Palazzo Biscari, que llama la atenciĂłn por su refinada elegancia.
Incluso si una parte se utiliza como oficinas municipales, puede visitar el resto del edificio haciendo acuerdos privados con sus propietarios, la familia PaternĂČ Castello.
Johann Wolfgang Goethe, uno de los visitantes mås prestigiosos de este palacio privado, se enamoró de él durante su viaje a Italia.
“Fuimos presentados por el PrĂncipe que nos mostrĂł su colecciĂłn de monedas por un acto especial de deferencia⊠DespuĂ©s de dedicar un cierto tiempo a este examen, siempre demasiado poco, sin embargo, estĂĄbamos a punto de despedirnos, cuando quiso presentarnos a su madre, en cuyo apartamento habĂa otros objetos de arte mĂĄs pequeños en exhibiciĂłn⊔.
Catania, 3 de marzo de 1787 J. W. Goethe – Viaje a Italia
Historia de Palacio Biscari
El palacio del PaternĂČ Castello, PrĂncipes de Biscari es, junto con el Monasterio Benedictino de San NicolĂČ l’Arena, el edificio mĂĄs importante y famoso de la arquitectura del siglo XVIII en Catania.
Se encuentra en un tramo de las murallas de la ciudad del siglo XVI, en el que, inmediatamente despuĂ©s del terremoto de 1693, Ignazio PaternĂČ Castello III PrĂncipe de Biscari (1699 m.), obtuvo el permiso para levantar el palacio del Teniente General Giuseppe Lanza Duque de Camastra, creador de la reconstrucciĂłn de Catania, enviado por el Rey de España Carlos II de Habsburgo.
Su hijo Vincenzo (1685-1749) IV PrĂncipe, continuĂł la obra y su sobrino Ignazio V (1714-1786) la completĂł, dedicando extensiones locales a la constituciĂłn de un museo arqueolĂłgico, numismĂĄtico, naturalista y abierto a todos los estudiosos.
El palacio perteneciĂł en su totalidad a los PrĂncipes de Bizkaia hasta mediados del siglo XIX, despuĂ©s, a travĂ©s de varias sucesiones, pasĂł a ser propiedad del Moncada PaternĂČ Castello, una rama de la familia PaternĂČ Castello.
Desde 1971 el palacio ha acogido exposiciones y conciertos. Ha visto el debut de Las guarderĂas del Sur, los conciertos de los Amigos de la MĂșsica (con Nikita Magaloff), la visita de la Reina Madre de Inglaterra (en la foto).
Palazzo Biscari es miembro de la red europea “Le Dimore del Quartetto”, que promueve jĂłvenes cuartetos de cuerda y residencias histĂłricas en una economĂa circular.
El palacio sigue estando habitado en gran parte por los descendientes de la familia y sus salones principales se utilizan a menudo para eventos sociales y culturales de prestigio.
Una gran parte de las colecciones recogidas en el museo del PrĂncipe de Bizkaia han sido donadas al municipio y transferidas al Museo CĂvico de Castello Ursino.
PALACIO BISCARI ALLA MARINA
El prospecto de la Via Museo Biscari no tiene ningĂșn relieve, con la excepciĂłn del portal, el mĂĄs grande de Catania por su tamaño y riqueza, “arreglado” a principios del ‘700 y que lleva el asta de la bandera de Vicente IV PrĂncipe.
El amplio patio, ya rico en årboles, parterres, pérgolas, ahora desgraciadamente desnudo, termina con una importante escalera que conduce a un gran salón que alberga numerosas pinturas con los feudos de la casa de Biscari.
Desde allĂ se pasa a la Sala Verde, llena de pinturas y sobre las puertas, con un hermoso suelo de terracota con incrustaciones de piedra blanca de Siracusa.
La siguiente habitaciĂłn roja alberga grandes retratos de los eminentes personajes de Casa Biscari.
La sala conduce a la gran sala llamada “dell’Orchestra”, un gran y hermoso ejemplo de rococĂł con influencias del gusto napolitano. EstĂĄ cubierto con grandes puertas con vistas a la capital, NĂĄpoles, y sus alrededores.
Los frescos del techo celebran la gloria de la casa vizcaĂna y, algo de gran y singular relieve, la bĂłveda de la sala se abre en su cĂșspide con un gran balcĂłn que ocupa su contorno ovalado; estĂĄ limitada por una barandilla y bajo la cĂșpula que concluye la sala los mĂșsicos tomaron asiento, apenas visibles para los de abajo.
Muy interesante es una pequeña suite, el cuarto privado de los propietarios de la casa, que alberga una habitaciĂłn revestida con un revestimiento de madera de rosas y un suelo “a commesso” (es decir, a grandes rasgos, mosaico), obtenido por ensamblaje con gusto de fragmentos de mĂĄrmol romano.
LA VISITA del PALACIO BISCARI
La visita se centra en los muchos detalles que acabamos de mencionar y cuenta la historia de los principales personajes que vivieron en el Palacio.
Quienes visiten este palacio deben pensar no sĂłlo o no tanto en las cosas bellas que se encuentran aquĂ y que lo hacen el mĂĄs notable de Catania, sino en el hecho de que la historia ha pasado en estas salas.
Si Goethe es quizĂĄs el mĂĄs famoso, ya cincuenta años antes que Ă©l eminentes figuras de toda Europa, de Dinamarca, Rusia, Alemania, Polonia, España, Francia, Inglaterra âŠ. y por supuesto de todos los Estados italianos Reino de Cerdeña, Gran Ducado de Toscana, Estado de la Iglesia âŠ
Todos los viajeros guardaron un recuerdo agradecido de sus anfitriones.
Estos Ășltimos, por su parte, tenĂan la certeza de su rango y estaban sinceramente apegados a su ciudad, sus feudos y su pueblo (al que ayudaban en tiempos de hambruna).
Para todos, pensamos, la civilizaciĂłn europea de aquellos años era cercana y los uniĂł, al menos por la cultura, el carĂĄcter, las intenciones comunes, mĂĄs de lo que es hoy en dĂa para aquellos que tomaron su lugar.
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