PIAZZA SAN CARLO
PIAZZA SAN CARLO, turin
Bienvenido a Plaza San Carlo de Turin
Ubicada en medio de la lujosa Via Roma, donde se encuentran las tiendas mĂĄs chic y de moda del centro, Piazza San Carlo le darĂĄ la bienvenida con sus palacios del siglo XVII, colores pastel y elegantes arcadas barrocas, bajo las cuales algunos de los mĂĄs antiguos y mĂĄs cafĂ©s famosos de TurĂn.
Es una de las plazas barrocas mĂĄs elegantes de Italia.
Para todos los turineses, esta plaza es considerada âel buen salĂłnâ de la ciudad, ÂĄy las razones de esta fama son mĂĄs que evidentes!
La plaza de San Carlo, en TurĂn, es el fulcro social de la ciudad piamontesa, lugar de eventos y conciertos, de celebraciones como la Nochevieja en la plaza o las victorias futbolĂsticas de la Juventus y el Torino.
Asà describió el francés Charles de Brosses a la antigua Julia Augusta Taurinorum cuando en 1740 regresó a su tierra natal tras un viaje a tierras saboyanas.
“TurĂn me pareciĂł la ciudad mĂĄs agraciada de Italia y, por lo que creo, de Europa, por la alineaciĂłn de las calles, la regularidad de los edificios y la belleza de las plazas⊓.
Charles de Brosses
Si estå buscando un lugar tranquilo para disfrutar de un café o una comida, esta plaza ofrece la opción perfecta debido a los numerosos cafés y restaurantes que se encuentran bajo los arcos.
Una plaza de estilo barroco, la Piazza San Carlo se estableciĂł y desarrollĂł en los siglos XVI y XVII y rinde homenaje a Charles Borromeo, quien fue un influyente cardenal y arzobispo.
En el centro de esta plaza se encuentra una estatua de bronce del Duque de Saboya.
La plaza estĂĄ enmarcada por una serie de arcos y edificios revestidos de mĂĄrmol que le dan una hermosa simetrĂa.
La plaza se completa con las dos iglesias âgemelasâ que dominan la plaza: las iglesias de Santa Cristina y San Carlo Borromeo y el monumento de bronce dedicado a Emanuele Filiberto: sin duda, un paseo aquĂ y ÂĄCualquiera se sentirĂĄ inmediatamente mucho mĂĄs noble!
Una de las iglesias gemelas de la Piazza San Carlo, es la que fue dedicada a San Carlo Borromeo, esta belleza barroca encargada por Carlo Emanuele I en 1619, aunque la fachada data de 1834.
Santa Cristina es es otra de las dos iglesias de la Piazza San Carlo, iglesia ornamentada con fachada de mĂĄrmol y granito y data de 1639.
Detalles de la Plaza San Carlo de TurĂn
Inaugurada en 1638 (antes de esta fecha no existĂa, ya que la ciudad de TurĂn estaba dentro de las murallas romanas y la expansiĂłn hacia el sur llegĂł mĂĄs tarde), a lo largo de los siglos la plaza de San Carlo ha adoptado diferentes nombres, como plaza Real y plaza de Armas hasta la plaza NapoleĂłn.
Desde 1618, estĂĄ dedicada al arzobispo de MilĂĄn, que luego se convirtiĂł en santo, Carlo Borromeo, asĂ como a una de las dos iglesias gemelas que la dominan (la otra es Santa Cristina).
Unas dĂ©cadas antes, en 1578, Emanuele Filiberto llevĂł la SĂĄbana Santa a TurĂn para que Carlos Borromeo, que tenĂa una especial devociĂłn por el paño sagrado, no tuviera que peregrinar a Chambery.
Muchos años despuĂ©s, casi como un intercambio de cortesĂas, el 4 de noviembre de 1838, con motivo de la fiesta en honor del arzobispo, la plaza de San Carlo acogiĂł la inauguraciĂłn de la estatua ecuestre de Emanuele Filiberto di Savoia, el famoso “Caval ed Bronz” de Carlo Marochetti que antes de ser colocado en el corazĂłn de TurĂn habĂa sido expuesto en el Louvre de ParĂs con gran Ă©xito.
Considerada una de las plazas con mĂĄs historia de la capital piamontesa, hasta el punto de ser definida como “la sala de estar”, se extiende por casi 12.800 metros cuadrados, desarrollĂĄndose en forma rectangular por una longitud de 168 metros y una anchura de 76 metros, dimensiones que la convierten en la sexta mĂĄs grande de la ciudad.
Via Roma, una de las vĂas mĂĄs importantes de TurĂn, conecta la plaza San Carlo con la plaza Castello y la plaza Carlo Felice.
Elegida en 2006 por la NBC para la cobertura en directo de los XX Juegos OlĂmpicos de Invierno, la plaza de San Carlo siempre ha sido escenario de acontecimientos culturales e histĂłricos de gran importancia, como conciertos, retransmisiones televisivas en directo y eventos de todo tipo, asĂ como acontecimientos deportivos y mĂtines electorales.
Sin embargo, tambiĂ©n fue protagonista de un episodio sangriento en la historia de la ciudad cuando, en septiembre de 1864, los ciudadanos decidieron manifestarse en la plaza de San Carlo para protestar contra la decisiĂłn del ministro Minghetti de trasladar la capital del Reino de Italia de TurĂn a Florencia.
SegĂșn los informes, la represiĂłn de la protesta fue lo suficientemente excesiva como para causar la muerte de 184 personas.
A pesar de la remodelaciĂłn que se llevĂł a cabo en este espacio urbano antes de los Juegos OlĂmpicos de Invierno, el aspecto actual de la plaza de San Carlo sigue siendo el del proyecto diseñado por Carlo di Castellamonte al que, un siglo despuĂ©s, se añadieron algunas modificaciones de Benedetto Alfieri.
La plaza sigue siendo la misma hoy en dĂa.
A principios de la década de 2000, el Ayuntamiento de la capital del Piamonte optó por hacer la plaza completamente peatonal, eliminando asà el tråfico rodado y el aparcamiento en los lados mås largos de la zona.
Lo que lo hace aĂșn mĂĄs atractivo son los adoquines de pĂłrfido que complementan la hermosa iluminaciĂłn de estilo Imperio.
Gracias a la construcciĂłn de un aparcamiento subterrĂĄneo, se han sacado a la luz preciosos hallazgos de la Ă©poca romana en la plaza, incluidos los restos de un antiguo puente.
Que ver en La Plaza San Carlo de Turin
CorazĂłn histĂłrico de TurĂn, la plaza de San Carlo se ha convertido tambiĂ©n en el salĂłn moderno de la ciudad, gracias a algunas tecnologĂas avanzadas que la han hecho mucho mĂĄs accesible al pĂșblico en general: desde el sistema de conexiĂłn wifi hasta el sistema de iluminaciĂłn basado en parĂĄmetros astronĂłmicos y la videovigilancia, esta plaza atrae cada año a decenas de miles de turistas de todo el mundo.
A la plaza se asoman importantes residencias como el Palacio Turinetti di Pertengo, situado en el nĂșmero 156 y sede de Intesa Sanpaolo y del Goethe Institut, pero no faltan prestigiosos edificios sagrados, empezando por las iglesias barrocas de San Carlo y Santa Cristina, la primera construida en 1619 con una fachada exterior remodelada por el arquitecto lombardo Caronesi en 1836, la segunda diseñada por Castellamonte en 1639 y con una fachada totalmente rediseñada por Juvarra en 1715.
Ambos en el lado sur de la plaza, dan al corazĂłn de la ciudad ese toque de religiosidad siempre tan querido por los gobernantes de la Casa de Saboya.
Y si lo sagrado y la historia han sido muchas veces protagonistas de los acontecimientos de Piazza San Carlo, tambiĂ©n la polĂtica no ha sido una excepciĂłn, teniendo en cuenta la frecuentaciĂłn de la realeza y de personajes importantes como artistas y nobles en este rincĂłn del TurĂn que contaba.
AsĂ, los cafĂ©s que alberga la plaza se han transformado a lo largo de los siglos en lugares de encuentro donde se pueden intercambiar opiniones importantes.
Un espléndido ejemplo es el CaffÚ San Carlo, el primer café de Italia que contaba con iluminación de gas (para hacer visibles los espléndidos frescos que decoraban las salas), lugar de encuentro de personalidades de la talla de Giacomo Noventa, Giacomo Debenedetti y Filippo Burzio.
No menos importante es el CaffÚ Torino, situado bajo los pórticos construidos por Maria Cristina di Francia, viuda de Vittorio Amedeo I°, que cuando hace buen tiempo permite sentarse agradablemente en una mesa exterior.
Y tambiĂ©n el Neuv Caval’d Brons con su majestuosa escalera que lleva al piso superior donde los torineses (siempre) y los turistas (ÂĄpor consejo de los torineses!) tienen una vista realmente Ășnica sobre el corazĂłn de la ciudad.
Y luego cómo no mencionar la famosa Confetteria Stratta que desde 1836 es apreciada en toda Italia por sus almendras garrapiñadas que mantienen en alto el nombre del arte pastelero del Piedemonte.
En la Piazza San Carlo, justo en el centro, se encuentra el imponente Caval ed Bronz, el monumento ecuestre en honor a Emanuele Filiberto.
Considerada por muchos como el sĂmbolo mismo de la ciudad, esta obra de arte de Marochetti es tan majestuosa que ha sido comparada con la de Gattamelata.
La estatua, que representa a Emanuele Filiberto envainando su espada tras su brillante victoria en San Quintino, fue fundida en ParĂs, mientras que la base de granito rojo es obra de Bonsignore, que la realizĂł en TurĂn.
Las luces que iluminan el monumento por la noche crean una atmĂłsfera aĂșn mĂĄs legendaria en torno a la historia representada.
Pero TurĂn, como es bien sabido, es tambiĂ©n una ciudad de misterios, leyendas y anĂ©cdotas curiosas que, sin duda, no podĂan excluirse de lo que se cuenta sobre la plaza de San Carlo.
Como la tradiciĂłn segĂșn la cual rozar los zapatos contra la efigie de bronce del toro incrustada en el pavimento frente a la entrada del CafĂ© Torino traerĂa buena suerte, casi sin darse cuenta.
Se nos olvidaba, el gesto que siempre han hecho los turineses y que tambiĂ©n se ha hecho frecuente entre los turistas es el de pisar al toro de pata en las partes ĂntimasâŠÂĄBuen paseo!
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