LA GALERIA UMBERTO I Y EL TEATRO SAN CARLO
Via San Carlo, 15, 80132 Napoli NA, Italia
Bienvenido a la Galeria Umberto I y al Teatro San CArlo de Napoles
La Galleria Umberto I es una galerĂa pĂșblica de compras en NĂĄpoles. Se encuentra justo en frente del teatro San Carlo. San Carlo, que por otro lado, es el lugar en activo mĂĄs antiguo para la Ăłpera en el mundo, abriendo en 1737, dĂ©cadas antes de la Scala de MilĂĄn y el teatro La Fenice de Venecia.Â
En el Napoles del Siglo XVI la zona donde se encuentra la galerĂa, Santa Brigida, ya estaba urbanizada por demas  y basicamente se habia convertido en una maraña de calles paralelas, conectadas por cortos callejones, que desde Via Toledo desembocaban frente a Castel Nuovo.
Estos callejones tenian bastante mala fama ya que eran zona de tabernas y prostĂbulos, y por ello era una zona muy propicia para cometer delitos de todo gĂ©nero.
En 1880 el deterioro alcanzĂł niveles maximos: en los estrechos callejones se levantaban edificios de seis pisos en un entorno higiĂ©nico pĂ©simo (en la zona, entre 1835 y 1884, habĂan estallado nueve epidemias de cĂłlera).
En 1885 fue aprobada una ley para el saneamiento de la ciudad (Risanamento), y también la zona de Santa Brigida fue objeto de una nueva disposición territorial.
Se presentaron varias propuestas: el proyecto ganador fue el del ingeniero Emmanuele Rocco, luego ampliado por Ernesto di Mauro.
Este proyecto preveĂa una galerĂa con cuatro brazos que se cruzan en un crucero octagonal, cubierto por una cĂșpula.
La demoliciĂłn de los edificios preexistentes comenzĂł el 1 de mayo de 1887, y el 5 de noviembre del mismo año se colocĂł la primera piedra del edificio. La galerĂa fue inaugurada en el espacio de tres años, precisamente el 19 de noviembre de 1890, y dedicada a Umberto I, rey de Italia.
EXTERIOR DE LA GALERIA UMBERTO I DE NAPOLES
En entrada principal, que nos lleva a Via San Carlo, podemos ver una fachada con exedra, que en la parte inferior presenta un pĂłrtico arquitrabado, sostenido por columnas de travertino y dos arcos ciegos, uno que permite el acceso a la galerĂa y otro abierto al deambulatorio. Siguen un orden de ventanas serlianas, separadas por parejas de lesenas de capitel compuesto, y un segundo piso con ventanas con mainel y lesenas parecidas a las anteriores.
El åtico presenta parejas de ventanas cuadradas y lesenas de capitel toscano (las que estån entre las ventanas son acanaladas).
En las columnas del arco de derecha se encuentran seis estatuas: cuatro de ellas representan las temporadas del año (desde izquierda a derecha: Invierno, Primavera, Verano y Otoño) y dos representan actividades humanas (el Trabajo y el Genio de la ciencia). En la fachada estån el Comercio y la Industria, semiacostados a los lados de la Riqueza, mitos de la sociedad burguesa.
En las columnas del arco de izquierda nos encontramos con una representacion de  Europa, Asia, Africa y AmĂ©rica. En los nichos son representados, en la izquierda, la FĂsica y, en la derecha, la QuĂmica.
En el fastigio, en la derecha estå la estatua del Telégrafo, acostado, y en la izquierda la del Vapor, cerca de la Abundancia: de esta manera, se presenta una imagen positiva de la ciencia y del progreso, capaces de unificar las diferentes partes del mundo.
En el techo del pĂłrtico se notan una serie de tondos con divinidades clĂĄsicas. Los dioses representados son Diana, Crono, Venus, JĂșpiter, Mercurio y Juno.
Las fachadas menores tienen una estructura parecida, pero presentan Ășnicamente decoraciones en estuco.
La fachada en Via Toledo posee, a los lados de la entrada, dos parejas de putti con escudos representantes del Seggioâ de Capuana, con un caballo pasante, y del Seggio de Portanova, con una puerta.
La fachada en Via Santa Brigida presenta los escudos de los Seggi de Porto, con un hombre marino, y de Montagna, con unos montes. A los lados del arco se encuentran dos paneles alusivos a la guerra y a la paz.
En la fachada en Via Verdi estĂĄn los escudos del Seggio de Nilo, con un caballo desenfrenado, y del Seggio del Popolo, con la letra P. A los lados se encuentran dos paneles alusivos a la abundancia y a la riqueza, caracterizados por el cultivo de la tierra y el ejercicio de la navegaciĂłn.
INTERIOR DE LA GALERIA UMBERTO I
El interior de la Galeria Umberto I estĂĄ formado por dos calles que se cruzan ortogonalmente, cubiertas por una estructura en hierro y vidrio y flanqueadas por algunos edificios, cuatro de los cuales con entrada desde el octĂĄgono central.
Las fachadas de los edificios reflejan la principal: de hecho el orden inferior estĂĄ dividido por grandes lesenas lisas, pintadas con falso mĂĄrmol, que encuadran las entradas de las tiendas y de los entresuelos superiores.
En el primer piso estĂĄn las ventanas con mainel, en el segundo las biforas, en el ĂĄtico las ventanas cuadradas.
La bĂłveda en vidrio y hierro, proyectada por Paolo BoubĂ©e, logra armonizar perfectamente con la estructura en albañilerĂa. En las pechinas de la cĂșpula ocho figuras femeninas de cobre sostienen lĂĄmparas.
Las amplias lunetas en las cabeceras de los brazos presentan complejas escenas en estuco, todas relacionadas a la mĂșsica.
En el tambor de la cĂșpula, decorado con ventanas semicirculares, es visible la Estrella de David presente en todas las cuatro ventanas.En el pavimento bajo la cĂșpula se encuentran mosaicos con vientos y signos zodiacales, realizados en 1952 por la empresa Padoan de Venecia en sustituciĂłn de los originales, dañados por los pasos y la guerra.
Los bombardeos provocaron la destrucciĂłn de todas las coberturas de vidrio. Cerca de las entradas, bustos y lĂĄpidas conmemoran lugares desaparecidos y los que participaron en la realizaciĂłn de la obra.
En el brazo hacia Via Verdi puede verse una inscripciĂłn que recuerda la posada âMoriconiâ, donde en 1787 se hospedó Goethe. Entrando del lado del Teatro de San Carlos se encuentra una lĂĄpida dedicada al ingeniero Paolo BoubĂ©e.
En la parte baja de la galerĂa hay otro crucero, de dimensiones menores, en cuyo centro se encuentra el Salone Margherita, teatro de la Belle Ăpoque, que por mĂĄs de veinte años fue la sede principal de la diversiĂłn nocturna de los napolitanos, acogiendo a varias personalidades nacionales como Matilde Serao, Salvatore di Giacomo, Gabriele dâAnnunzio, Roberto Bracco, Ferdinando Russo, Eduardo Scarfoglio y Francesco Crispi.
TEATRO SAN CARLO DE NAPOLES
En este edificio vemos como la transgresión al vocabulario clåsico se iba perdiendo. El Teatro de San Carlos fue diseñado por Antonio Niccolini entre 1810 y 1816.
Ese aspecto decorativo que cambiaba respecto a los edificios civiles del centro de Francia se aprecia sobre todo en el almohadillado y en los sillares de la parte baja, a la rĂșstica, que en realidad son ficticios si observamos los bajorrelieves que aparecen junto a ellos.
El cuerpo superior estĂĄ inspirado en la arquitectura romana, con una balconada que recae sobre modillones, y rematando el segundo piso con un falso tĂmpano. El resultado es un edificio que muestra diferentes simbologĂas y que remite a distintos momentos histĂłricos.
El remate es una alusiĂłn a la arquitectura, al sentido imperial heroico.
EDAD DORADA DEL TEATRO SAN CARLO
En la primera mitad del siglo XIX, Domenico Barbaja, el empresario que administraba el teatro, contratĂł a Gioachino Rossini, compositor y director artĂstico de los Teatros Reales de mĂșsica.
Rossini se quedĂł en NĂĄpoles entre 1815 y 1822; y escribiĂł Elisabetta, regina dâInghilterra, Otello, Armida, MosĂš in Egitto, Ricciardo e Zoraide, Ermione, La donna del lago, Maometto secondo y Zelmira.
HabiĂ©ndose marchado Rossini, Barbaja contratĂł a Gaetano Donizetti, que viviĂł en la ciudad entre 1822 y 1838, perĂodo en el que compuso diecisĂ©is obras. Algunas de ellas son Roberto Devereux, y la famosĂsima LucĂa de Lammermoor.
Pocos años después de la partida de Donizetti, Barbaja quiso contratar a Vincenzo Bellini, pero este prefirió irse a la Scala de Milån.
En 1841 Giuseppe Verdi ingresĂł con el estreno de la obra Oberto, Conte di San Bonifacio. Verdi se consolidĂł como el verdadero dominador del Teatro en la segunda mitad del siglo XIX a partir de sus obras Alzira y Luisa Miller.
Entre los directores designados por el Teatro San Carlo estĂĄ el famoso y excĂ©ntrico arpista y compositor francĂ©s Nicolas Bochsa (1789â1856); Anna Bishop, la prima donna, lo acompañó. Ăl condujo varias Ăłperas (1844â1845) en el San Carlo.
EL TEATRO SAN CARLO EN LA ACTUALIDAD
En los Ășltimos años el teatro volviĂł a tener una intensa actividad basada en la recuperaciĂłn de óperas bufas del siglo XVIII de la escuela napolitana.
Por eso se presentan grandes obras antiguas como La serva padrona e Il Flaminio, de Pergolesi, La schiava liberata de Jommelli; Lâidolo cinese, Il divertimento dei Numi, Lâosteria di Marechiaro y Pulcinella vendicato, de Paisiello.
En 2002 y 2003 el teatro recibió el premio de mejor espectåculo del año por las óperas Königskinder de Engelbert Humperdinck y Elektra de Richard Strauss.
Aunque despuĂ©s de la caĂda del Reino de las Dos Sicilias el Teatro de San Carlos empezĂł a declinar, la gloria de esta iniciativa borbĂłnica sigue iluminando la historia de la mĂșsica y de la cultura napolitana e italiana.
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