FONTANA DELLA VERGOGNA
Piazza Pretoria 90133 Palermo, Italia
Bienvenido a la Fuente della Vergogna, en Piazza Pretoria de Palermo
Rodeada de imponentes iglesias y edificios, la Plaza Pretoria estĂĄ dominada por la imponente Fontana Pretoria, uno de los principales hitos de Palermo.
TambiĂ©n llamada Fuente de la VergĂŒenza por sus estatuas desnudas, la Fuente Pretoria es uno de los sĂmbolos de Palermo y una de las fuentes mĂĄs bonitas de Italia.
Las pilas escalonadas de la fuente se extienden en cĂrculos concĂ©ntricos, repletos de ninfas desnudas, tritones y dioses fluviales saltando.
Esta flagrante desnudez resultĂł ser demasiado para los feligreses sicilianos, que la apodaron mojigatamente la Fontana della Vergogna (Fuente de la VergĂŒenza).
Construida en Florencia por el escultor florentino Francesco Camillani, por encargo entre 1554 y 1555 para la villa toscana de Don Pedro de Toledo, la fuente fue comprada por Palermo en 1573 y colocada con orgullo frente al Palacio Pretorio (Salón Municipal) en un intento de eclipsar la recién creada Fontana di Orione instalada en Mesina.
Hay pocos monumentos que definan tanto a una ciudad como la Fontana della Vergogna (Fuente de las VergĂŒenzas) en la Plaza Pretoria del centro de Palermo.
Se trata de una inmensa fuente completamente trabajada en mĂĄrmol blanco de Carrara, con alegorĂas mitolĂłgicas.
A escasos pasos del cruce de Via Maqueda con Vittorio Emmanuele conocido como Quattro Canti, se alza como una metĂĄfora del poder polĂtico, la Plaza Pretoria.
En los flancos el Comune (ayuntamiento), dos palacios nobles (uno de ellos el Palazzo Bonocore), y las iglesias de San Giuseppe dei Teatini -al otro lado de Via Maqueda- y Santa Caterina.
Durante muchos años (de 1998 a 2003) estuvo tapada por una eterna remodelación, que afortunadamente acabó, devolviendo a los palermitanos uno de los conjuntos escultóricos mås bellos de Sicilia.
UN POCO DE HISTORIA EL ARTE DE PIAZZA PRETORIA
Franceso Camilliani fue el artista que dio luz a este elenco de figuras humanas, seres mitolĂłgicos y divinidades que habitan la fuente entre 1554-55.Â
Ideada primeramente para decorar la villa de don Pedro de Toledo y ZĂșñiga (virrey de NĂĄpoles y CapitĂĄn General de los ejĂ©rcitos españoles) en Florencia, a su muerte, Luis, el hijo del noble la vendiĂł al senado de la ciudad de Palermo.
La venta fue posible a la mediaciĂłn de GarcĂa de Toledo Osorio, hermano de Luis y antiguo virrey de Sicilia
Una obra de forjado a mano de Giovan Battista Basile rodea y protege la fuente, solo se podras entrar desde el lado que da a VĂa Maqueda.
Tiene forma circular con tres grupos concéntricos de pilas o bañeras, esto te permitira que la rodees ya sea desde fuera o desde los pasillos y escaleras internas.
Balaustradas y pequeños puentes unen las partes de la Fontana para que puedas admirar de cerca las esculturas y las bañeras que acumulan el agua que cae desde el conjunto central.
SegĂșn una reinterpretaciĂłn del poeta Antonio Veneziano, las cuatro fuentes menores son una alegorĂa a los cuatro rĂos que regaban Palermo:
- el Oreto,
- Papireto,
- Gabriele y
- Mardolce.
Pero como ya te hemos comentado arriba la primera idea era que la fuente no iba a ser para Palermo, con los suena a milonga creada despues para ponerle un contexto historico que una la fuenta a la antigua Panormus.
El nombre fontana delle Vergogne por la verguenza de la sociedad palermitana a ver los desnudos, o las partes âimpĂșdicasâ o vergĂŒenzas al aire de las esculturas.
Tambien por que haciendo gala de su irionia mediterranea, los ciudadanos de Palermo, en los siglos XVIII y XIX encontraban similitudes entre sus gobernantes corruptos y los personajes de la fuente, motivo por el que tambiĂ©n se le denominada Fuente de las VergĂŒenzas.
La fuente tiene una especie de simetria en sus cuatro lados en su camino hasta el centro.
Cada escalera consta de dos esculturas en la parte inferior y otros dos al finalizar los peldaños.
Son divinidades paganas del mundo clĂĄsico.
Por ejemplo al pie de las escaleras encontramos al Baco romano o Dionisio griego, con su racimo de uvas representando el vino; y al otro lado HĂ©rcules; Diana y Apolo; Adonis Venere;Â o Mercurio y Pomona.Â
En el anillo inferior, entre cada escalera hay una bañera, sobre la que se presentan un Tritón y una Nereida, y en el medio una de las figuraciones asociadas con el Oreto, Papireto, Gabriele y Mardolce.
Inmediatamente detrĂĄs de estas cuatro representaciones de dioses una hilera de seis cabezas de animales (algunos imaginarios o mitolĂłgicos) escupen agua de sus bocas.
Si prestas atenciĂłn puedes ver la presencia de Orfeo, que con el sonido de su lira pretende adormecer al perro de tres cabezas Cancerbero, para liberar a la ninfa EurĂdice
La fuente central en lo alto la escultura de agarra una Cornucopia (sĂmbolo de opulencia y derroche), sostenida por una amalgama de cuatro delfines, y a su vez por atlantes en la parte inferior.
En el centro hay un cupido, con el sobrenombre de El Genio de Palermo, que echa agua, mientras a su alrededor las otras estatuas representan figuras mitolĂłgicas: Venus, Adonis, HĂ©rcules, Baco, Apolo, Diana y Pomona junto a la encarnaciĂłn alegĂłrica de los 4 rĂos de Palermo, es decir, el Oreto, el Papireto, el Gabriele y el Maredolce.
Leyendas de la Fuente de la VergĂŒenza
Desmontada en 644 piezas, fue trasladada en barco a Palermo y montada en Palermo en 1573, para poder instalarla se abatieron algunos edificios de Piazza Pretoria.
Se hizo cargo de esta instalacion Camillo Camilliani, hijo del escultor y conto con la colaboración en el montaje del escultor Michelangelo Naccherino.
Por desgracia, durante las operaciones de transporte se dañaron algunas estatuas, que requerieron posteriormente restauración.
Para integrarla perfectamente en la Piazza Pretoria fue necesario remodelar el espacio urbano del siglo XVI.
Dice la leyenda, que durante el periodo de ocupación de los españoles en Palermo, los mesineses enfrentados con los palermitanos, rompieron la nariz de las estatuas.
Otra versiĂłn dice que los mĂĄs puritanos de la ciudad, entre ellos las monjas de los conventos cercarnos, se escandalizaron con la desnudez de las figuras, y por ello decidieron castrar las esculturas.
Temerosos de âtocar los genitalesâ, optaron por fracturar sus narices.
En todo caso, los âtabiques nasales rotos âse restauraron.
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